Reseñado por Lobodepeluche
Imagina verte en esta tesitura: tú, que tienes la primera prueba fehaciente de la existencia de vida fuera de nuestro planeta en una sonda, debes mandar una nave al espacio para recuperarla y estudiarla. Tomando todas las precauciones posibles. Como no tienes ni idea de por dónde va a salir el bicho, te conviene asumir la posibilidad de que lo mismo se vuelve loco y te intenta comer. ¿Qué protocolos de seguridad instauras? ¿Un laboratorio perfectamente aislado de resto de la nave, para minimizar el riesgo de que se cuele por algún sitio? ¿Una campana blindada alrededor del área concreta donde lo vas a examinar, para frenarlo rápido en caso de que se desate? ¿Un método para interactuar con él que te deje menos expuesto que unos simples guantes de seguridad? ¡Novatos! Si haces eso, te quedas sin película.
Bromas aparte y siendo honestos, el despiste se puede excusar en que al principio pensaban que lo que tenían que examinar se trataba de un simple organismo unicelular. Pero ilustra bastante bien la característica principal de Life, y esta es que sigue a rajatabla los fundamentos del slasher. Vas a ver tipos corriendo por pasillos claustrofóbicos, escenas de tensión, un contador de muertes, gente exponiéndose al peligro más de lo que resulta sensato, y un monstruo más interesante que los protagonistas que tratan de matarlo.
Porque no, en lo tocante a personajes, no tenemos nada de especial. Me deja un poco sensación de oportunidad perdida, ya que durante el primer acto parece que sí lo habrá, pero se convierte en humo y espejos en cuanto la trama arranca. Esos pequeños detalles de caracterización que me gustaban cesan, y vas descubriendo que solo estaban ahí para que se pudieran comportar según el guion lo requiriese en cada momento.
El bicho empieza, como decía, en un estado unicelular que le dura poco. A medida que va siendo alimentado por el biólogo de la tripulación, empieza a crecer progresivamente. ¿Cómo? Pues se va clonando a sí misma, volviéndose capaz de adoptar cualquier función dentro de su propio organismo. La célula convertida en criatura puede ser, en palabras de uno de los personajes "todo músculo, todo ojos, todo cerebro" según lo requiera la situación. El caso es que, como no podía ser de otro modo, se desarrolla lo suficiente como para causar un accidente en el laboratorio, y ya la tienes liada.
Hay un elemento de body horror en estos primeros minutos en los que es relativamente pequeño que me parece que funciona muy bien. La idea de un monstruo pequeñito que pueda colarse por tu boca y devorarte vivo por dentro a mí en lo personal me deja de peor cuerpo que la enésima criatura gigante en la que se termina convirtiendo ya sobre el final del metraje.
Lo que sí que se mantiene constante es su tremenda inteligencia, la cual lo vuelve capaz de manejar instrumentos simples, razonar lo suficiente como para preparar trampas, y en definitiva poner en jaque a toda a tripulación.
En general, todo lo relativo al alien está cuidadísimo. Sigue la idea de que los monstruos del cine de terror generalmente son más recordados que sus víctimas por algo, y se nota que fue eso lo que más se trabajó. Su diseño cambiante y en constante evolución se me hace natural y aterrador a la vez, y su comportamiento e instinto de supervivencia parece sacado de la peor de las pesadillas.
Por lo demás, pues... la película es un slasher, tampoco tiene mucho más. Habrá sorpresas que no puedo destripar aquí y que mantendrán la cinta interesante, claro, pero tampoco se va a desviar mucho de una fórmula que ya todo el mundo conoce de sobra. La sencillez de su propuesta contrasta, por otro lado, con el elemento que la hace más digna de recomendarse: su estupendo apartado técnico. Y no me refiero, con esto, a que se vea o suene bonita, que también, sino a que Daniel Espinosa y su equipo ruedan con un gran pulso.
El primer acto retrotrae a las mejores películas de exploración espacial que se te puedan ocurrir, sabe mantener un clima de tensión, hacerte sentir miedo cuando tiene que hacerlo, y muestra un diseño artístico genial. Además, el director está constantemente ayudado por una estupenda banda sonora que pondrá el signo de exclamación a cada una de las escenas y los actores sacan todo lo que pueden de unos personajes sosos diseñados para ser carne de cañón.
La sensación es extrañísima, porque salvando las distancias... con menos presupuesto, peores actores y un director que no supiera lo que estaba haciendo, Life bien podría haber terminado como uno de esos productos de serie B que allá por los 80 y los 90 inundaban los videoclubs. Y sin embargo, el resultado final me ha gustado lo bastante como para traerla aquí.
No inventa la rueda, tampoco lo pretende, pero es un slasher competente. A veces, solo hace falta eso. Si te gusta el género, prueba a darle una oportunidad.
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La ciencia de la pantalla
De Todo¿Eres cinefilo? ¿Te gustan las series? ¡Eres uno de nosotros! Prepara tu canasta de dulces y palomitas, siéntete cómodo, apaga las luces y prepárate ver leer un poco de la ciencia ficción en la pantalla. Pd: aplica para todo tipo de pantallas.