Star Wars

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Reseñado por Lobodepeluche

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Reseñado por Lobodepeluche

En el mundo de los rodajes, todavía está muy extendida la imagen del productor como un mero pitufo gruñón, que solo sabe pasearse por los sets para dificultar que el director plasme su visión del modo en que realmente desea hacerlo. Por supuesto, esta debe ser la única y verdadera, y cualquier intromisión exterior se percibe como si un señor cualquiera hubiese forzado a Da Vinci a pintarle un bigote a la Mona Lisa. Yo mismo contribuí a alimentar la idea en algunas de mis reseñas, y es cierto que ocurre, pero no tiene por qué ser así.

Lo que diferencia al cine de muchos otros artes es precisamente su naturaleza coral; se requieren directores de fotografía, técnicos de sonido, guionistas, coordinadores de efectos especiales, editores, operadores de cámara, músicos, actores... todos ellos gente también creativa que aportarán, inapelablemente, parte de sí mismos al producto final. Un director, en definitiva, no puede pretender hacerlo todo porque su función no es esa. Su labor es la de rodearse de la gente adecuada, saber potenciar el talento individual para llegar al resultado deseado, mantener la mente abierta y... sí, también, dejarse aconsejar cuando un proyecto parece haber perdido el rumbo.

El primer cut de Star Wars, utilizado por el propio Lucas para mostrar el rumbo general que quería darle al proyecto, era un absoluto desastre. Según cuenta la leyenda, el pobre se lo enseñó a Spielberg y Brian de Palma en un pase privado, y el segundo salió tan horrorizado que se la tiró entera abajo. No era el director de Scarface un simple hater: la película sufría por entonces de problemas muy serios.

Para empezar, el ritmo no tenía ningún sentido; se intercalaban momentos en los que la información te desbordaba con otros donde no ocurría nada, el primer acto saltaba constantemente de puntos de vista de forma confusa, presentaba discordancias t...

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Para empezar, el ritmo no tenía ningún sentido; se intercalaban momentos en los que la información te desbordaba con otros donde no ocurría nada, el primer acto saltaba constantemente de puntos de vista de forma confusa, presentaba discordancias tonales... y eso no era más que la punta del iceberg. Escenas que no se entendían, otras redundantes, diálogos rebuscados que a los actores les costaba recitar, un tercer acto sin sensación de riesgo, falta de dramatismo general...

Pronto se hizo evidente que necesitaban ayuda, y la necesitaban ya. Así que Lucas hizo lo que cualquier persona madura en su situación hubiese hecho: recoger el feedback.

Alguien dijo una vez que una película nace tres veces; la primera cuando se escribe el guion, la segunda cuando se rueda, y la tercera cuando se monta. Siguiendo esta máxima, si encontraba a alguien capaz de convertir esa pesadilla en algo que pudiera sostenerse solo, a través de la mesa de edición, Star Wars podría salvarse. Y quiso el destino que diese con las personas indicadas.

Paul Hirsch, Richard Chew y su propia esposa de entonces, Marcia Griffin, trabajaron sin descanso moviendo escenas de sitio, recortando, generando drama y tensión en escenas donde no existía tal cosa, arreglando el ritmo, y en general convirtiendo a Star Wars en el Star Wars que tú conoces. Los cambios, algunos mayores y otros más sutiles, fueron tantos que sería imposible detallarlos todos aquí. ¿Sabías, por ejemplo, que toda la tensa persecución del primer acto, con el Imperio asfixiando a los rebeldes, originalmente se intercalaba todo el rato con planos de Luke mirando al cielo? ¿O que en el tercer acto, el Imperio no amenazaba a la base rebelde y en realidad no tenían ninguna razón para asaltar la estrella de la muerte en ese momento? ¿O que el propio asalto estaba montado de manera completamente diferente?

 ¿Sabías, por ejemplo, que toda la tensa persecución del primer acto, con el Imperio asfixiando a los rebeldes, originalmente se intercalaba todo el rato con planos de Luke mirando al cielo? ¿O que en el tercer acto, el Imperio no amenazaba a la b...

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Lo que pasó después ya todos lo sabemos. La versión pulida era brillante, y el público respondió en consecuencia. Esta cinta de aventuras emocionante, dramática, con un lore rico pero a la vez fácil de entender... te atrapaba. El propio Spielberg ya había empezado a resquebrajar el Hollywood artístico de los 70, con su Jaws, pero Star Wars puso el último clavo en el ataúd. Y es que. Aunque ahora resulte difícil de imaginar, lo que se entendía en aquella época por una gran película de estudio estaba muy alejado de las explosiones a las que ahora nos tienen acostumbrados. Si Lucas se tuvo que inspirar en los seriales de su infancia, es porque no tenía ningún espejo contemporáneo en el que mirarse. La idea que un hombre o mujer de los 70 tenía de una película de Ciencia Ficción era 2001: Una odisea en el espacio.

Sabiendo que su visión era esa, la de llenar un vacío para que los niños de entonces tuviesen su propio Flash Gordon, para que los adultos pudiesen simplemente sentarse, olvidar sus problemas y dejarse cautivar por la fantasía de la pantalla con un divertimento ligero, yo me pregunto... ¿cuál de los dos montajes es más "puro"? ¿El primero, mucho más torpe, pero también más cercano a lo que estaba en el guion? ¿O el segundo, con más intervención externa pero que lograba lo que se buscaba con el proyecto desde un principio?

 ¿cuál de los dos montajes es más "puro"? ¿El primero, mucho más torpe, pero también más cercano a lo que estaba en el guion? ¿O el segundo, con más intervención externa pero que lograba lo que se buscaba con el proyecto desde un principio?

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Ojo, esto no debe entenderse en ningún caso un ataque al director. Todo el material que terminó elevando a Star Wars como un auténtico fenómeno social estaba allí desde el principio, esperando a que alguien sacara el diamante del carbón. Mi punto es que, aunque nuestro ego de creadores pueda indicarnos otra cosa, la mayoría no somos genios que desde el principio llegaron solos a la mejor manera de representar una idea. Y esto es normal en el cine, sí, donde cada uno tiene su tarea, y es imposible otorgarle la autoría completa a alguien. Pero también puede generalizarse a todas las ramas del arte.

En el mundo de la literatura, que nos toca más de cerca, un buen editor no te propondrá cambios por "arruinar" tu visión. Intentará ayudarte a llegar a ella de manera más eficiente, trabajando contigo codo con codo para conseguirte la mayor visibilidad posible. A veces, algo tan simple como escuchar segundas o terceras opiniones con la mente abierta, puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso. A veces, del feedback nacen franquicias millonarias como Star Wars.

La ciencia de la pantallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora