De cielos grises

Sálvate

No sabía por dónde empezar.
Y decidí caminar en dirección a ninguna parte.
Tomaba por el camino agua de algún charco, saliva de algún beso.
Ajustando mi caminar, al latir del pecho que aceleraba con cada sentimiento nuevo,
Sin felicidad , sin guía , sin prisa.
Paraba cada rato a mirar las nubes y las veía tan cerca, tan suaves, a paso lento por el cielo.
Cada día una diferente, a favor del viento,
como los sueños.
Sentía a los pájaros hablarme en las mañanas.
Y  la paz de la noche con estrellas , sagrada como el cigarro después de follar. 
Solía comer lo que apareciera,
tampoco le daba importancia a esas comidas con poca grasa, no sabía de colesteroles, ni de hemoglobinas,
Ni de amores.

Pero lo malo de no saber hacia dónde vas es que no te enteras cuando te pierdes,
Y no se cuando pasó
Pero el agua se tornó oscura,  y dejé de beber.
Traté de besar a aquella chica que no amaba, pero ya nada calmaba mi sed, ni mis ganas y empecé a acelerar el paso desesperado.
Dejé de observar, de creer.
La Felicidad se volvió guía, y me perdía buscándola.
Mientras miraba las nubes melancólicas de mi cielo gris,
que lloraban tapando el sol de mis mañanas.
Y los pájaros me irritaban.
Y la noche una tortura.
Seguí exhausto de las piedras en el camino que solía brincar bailando,
busqué el camino de vuelta,
Pero...si no recuerdo por donde empecé
ni como llegue aquí
¿Quién era?
Caí al suelo ya rendido,
como quien llega a la meta en último lugar después de un maratón de varios kilómetros .
Y ya de rodillas pude sentir la tierra empujarme,
—¿Dónde estás? —grité.
Me sostuve para mirar al frente , y sonreí
Y allí estaba
desnuda
como quien no tiene miedo,
caminó hacia mí, despacio,
descalza
sin cadenas.
Me miró a los ojos
Tomó aire
Y me dijo:
—No corras, no temas, sálvate ....