Un día mas ,un día menos

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Estaba todo tan oscuro, como sueño eterno y podía seguir durmiendo. Era de esos días que no sabes si levantarte de la cama o pasarte el resto del día mirando al techo, conversando con el polvo de las cortinas, hablándoles, pidiéndoles que te ayuden porque no sabes que hacer para el almuerzo. Ya es una obligación levantarte porque tu hija tiene 19 y aunque ya es grande para entrar en la cocina o para tener novio, es aún pequeña para saber cocinar o follar. Cocinar y follar, eso es cosa de artistas deslumbrados.
¡Carlos un artistazo de los buenos! De los que no salen en la tv, esos poco saben de arte. Aún recuerdo su primer beso, como dibujó con versos en mi boca, el calor de la playa, la paz de una corrida de toros, la humedad de mayo y el rojo de febrero.
Mi esposo desde ese beso, aunque no estamos casados, si atados de por vida.
Ya son 30 años juntos y aunque maduras, engordas, te salen arrugas, canas, lees el periódico, trabajas turnos extras e investigas alguna que otra pose en el kamasutra y te masturbas sin ganas, la vida se vuelve la temporada 15 de tu serie favorita, una obligación exquisita.
Hoy será un día como los de siempre y me doy cuenta porque la cama esta igual de dura y molesta como un polvo en el suelo. Logro levantarme despacio porque tengo los huesos tan débiles que a veces voy de prisa por la casa como antes y se me olvida que los años son como el cigarro del café de la mañana ¡Que comparación la mía!
Camino varios pasos hasta la mesita del dormitorio y me quedo varios minutos mirando la foto de aquel viaje a la playa.
Mi bikini de flores, cuando aún me servía .
Que guapo Carlos con su camisa blanca y la barba que odiaba porque le hacía más viejo y más interesante, además me ponía celosilla cuando me lo miraban mucho en la calle.
A veces extraño nadar, acostarme en el cielo y mirar el mar, aunque ¿es al revés no?
A veces mi hija me suele poner fotos de cuando todavía soñaba y veo como me mira sonriendo con lo ojos brillando, mojados, como quien está muy triste y le digo que todo va a estar bien, pero nada esta bien verdad...
Hoy, hoy será un gran día. Me miro al espejo valiente, decidida ¡Ya no más!
Agarro el pomo de pastillas que llevaba guardando desde que me detectaron el cáncer, podía sentir el nudo en mi pecho, la soga en mi cuello.
Mi sentencia de muerte. Mi imagen triste del espejo que ya no soportaba mirar más. Y justo cuando pensé en tomar mi última bocanada de aire de vida, se abre la puerta y entra
rapado. Lloroso, un te amo atrapado en su garganta.
Una rosa en la mano izquierda y en la derecha un cartel... ¡Feliz aniversario mi reina!

De cielos grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora