Tengo que dejarlo

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Tendría unos 23 años en sus huesos, se le veían sobre la piel blanca, marcada. Los dibujos de sus brazos no encajaban con su rostro y el banco del parque no ayudaba a su espalda a corregir la postura triste.
Sacó una foto de su cartera, miró al suelo, me quedé mirando una lágrima en sus ojos, que quitó justo al notar mi presencia. Prendió un cigarro con trabajo, sus manos temblaban demasiado y sus piernas marcaban un compás, un ritmo agitado, no hacía frío esa tarde, noté que algo oscuro venía de sus miedos, de sus adentros...
⁃    ¿Me das uno? - asintió sacándolo de la caja sin apenas mirarme mucho.
⁃    ¿Es difícil dejarlo verdad? Dicen que necesitamos de ciertas sustancias para continuar...
⁃    Prendí el cigarro y seguí como gran filósofo.
⁃    Para vivir, para morir, los vicios hacen que nos juzguen ¡Que locos! ¿No entienden nada verdad? Te despiertas y lo buscas, odio despertar y no tenerlo aquí, acompañando el café que sostiene mis ojos en las mañanas, pero es en las noches donde más falta te hace ¿no crees? Justo ahí, en la melancolía de mis cuatro paredes. He dicho muchas veces ¡Tengo que quitarme! ¡Sal de mi vida! Quédate lejos, te odio, estás acabando con lo poco que me queda de cuerpo, pero vuelvo caer.
Es mi culpa, lo sé, no soy lo suficientemente fuerte para prescindir de él. No puedo sacarlo de adentro, desintoxicarme por completo de él, de sus químicos, de esa combinación perfecta de sustancias con mis hormonas más masculinas.
Se siente tan bien que me cuesta pensar como algo tan bien hecho, tan pequeño, tan efímero, puede destruirme tanto y a la vez hacerme volar sin saltar de la cama muchas veces.
¿Quién manda en ti? ¿Cómo controlas tanto el ritmo de bombeo de mis órganos? ¿Cómo haces para ganar siempre? ¿y sobre todo cómo terminaré? ¿Cuándo terminará?
Pero terminas dejándolo entrar nuevamente y se llenan los pulmones de nuevo el pecho se agita, corre la sangre más rápido y se nota en tus ojos. Te ríes, tiemblas, sueñas por solo unos minutos, vuelves a sentir que vives ... espera un segundo.
Suena el teléfono:
- Hola Lucas .. eee .. ¿hoy en la noche? Pues .. sí, estoy libre .. yo también tengo gana de verte mi niño ...está bien a las 8 en el lugar de siempre .. ahí estaré.
⁃    Perdona. ¿Qué te decía?
⁃    Nada, ya ni recuerdo. No sé quién eres hombre pero estás muy loco ¿Quieres otro cigarro?
⁃    No, yo no fumo. No era de eso de lo que hablaba pero olvídalo, hasta pronto ...

De cielos grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora