Rascacielos

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Bajamos en el último piso al que el ascensor tenía acceso, besándonos por cada número alumbrado en rojo que dejábamos detrás, corriendo sobre el brillo del piso recién pulido del hotel. Logramos encontrar  la escalera de emergencias que  nos llevaría a la azotea, sus manos entrelazando las mías, esas me llevaban a otro sitio un poco más alto, al piso número 90.
Habíamos dejado un rastro de lo que venía siendo nuestra ropa, con la justificación de encontrar siempre el camino de regreso a nuestra habitación en caso de q los niveles de embriaguez en nuestras ganas impidieran dormir esa noche en una cama.
El cielo estaba demasiado húmedo y mis dedos con tantas ganas de rosarlo. El suelo de colchón  y de almohada, sosteniendo la danza de su retaguardia sobre mi abdomen contraído, haciendo el amor, esculpiendo sentimientos ,dibujando los gemidos de su boca con mis ojos para que la imagen llegara con más claridad a mi cerebro ...
-Quédate, ya no quiero seguir jugando a encontrarte, eres tú, ahora se que eres tú.
Apoyé mi espalda , y anduve un rato callado, buscando las palabras en el humo del cigarro que sostenía en mi mano izquierda y que se perdía en el aire ...
-Escucha, amanecerá y el sol secará nuestras huellas mojadas sobre el asfalto que estará mañana sobre las 12pm con los grados suficientes para derretir por donde pisamos. Me llamarán del trabajo, tendré que pasar 16 horas sin verte, tal vez más, ocuparé mi tiempo en  perderlo, empeñaré minutos viendo el fútbol los martes y fumando un poco más de lo que como y duermo. Tomaría el café de la mañana escuchando las planificaciones diarias de mamá y perderé  mi tiempo regañando a mi perro por defecar en algún rincón pulcro de la casa. Pensaré en hacer dinero un poco menos que en tus besos y tomaré algún que otro atajo de vuelta a casa. Justo cuando  la vida en el suelo nos abrume , al punto de querer violar la gravedad, saldré corriendo, tomaré prestado el carro del vecino y conduciré nervioso como la primera vez.
Subiré de vuelta al ascensor, a la escalera y a la azotea de otro edifico parecido a este  y me quedaré a esperar que subas. 
-Entoces , ¿ no te quedarás ?
_ Búscame,  mientras vas del piso 90 al 91 , al 100  y si  todavía quieres que me quede aún estando tan alto,  entoces nos quedaremos desnudos otra vez, acostados  sobre el cielo  y mirando el suelo de los techos arder .

De cielos grises Donde viven las historias. Descúbrelo ahora