Esta historia usa como referencia el OVA de Mikasa de Lost Girls. Todos los personajes le pertenecen a Hajime Isayama.
Mikasa, Eren y Armin van a la misma universidad y comienzan a plantearse sus planes del futuro. Eren quiere ser un político capaz...
Mikasa no dejaba de ver el fondo de pantalla del teléfono antes de que empezaran las clases. Era su foto favorita.
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Ese día, había ido con Armin y Eren a un picnic en una montaña y el cielo estaba hermoso. Era tan azul y profundo que parecía infinito. Le daba la sensación de que el tiempo no pasaba y que los tres seguirían juntos para siempre... ahora no estaba tan segura. Habían crecido juntos. Habían ido a la misma escuela todos los años hasta graduarse. Incluso asistían a la misma universidad ahora, pero si Armin empezaba a salir con alguien y Eren insinuaba que Mikasa debería hacer lo mismo, entonces... entonces él también saldría con alguien más y los caminos de los tres tomarían rumbos completamente distintos. ¿Cómo les dices a las personas que más te importan que no quieres que se vayan?
-Bien, empecemos la clase de hoy- dice la licenciada en cuanto entra al salón y dirige su mirada específicamente hasta donde Mikasa está sentada.
Mikasa guarda su teléfono de inmediato porque ha tenido bastantes problemas con ella desde que empezó el semestre y no quiere empezar mal el día.
-Entonces... espero que hayan avanzado bastante con su proyecto de final de curso. Recuerden que ese mural vale casi la mitad de la nota final.
Varios murmullos invadieron el salón de clases. Ymir volteó a ver a Mikasa desde la otra esquina del salón y sonrió con ganas. No habían hecho nada.
-Y por favor, recuerden que el arte no es solamente garabatos y colores. Es más que eso, el arte está lleno de sentimientos, de recuerdos, de ideas. Es el pasado enlazado con el presente y con el futuro. Incluso...
La licenciada buscó específicamente que su mirada se cruzara con la de Mikasa y continuó su discurso sin desviar sus ojos de los de ella.
-Incluso, el arte podría llegar a ser una forma de conectar con otras dimensiones, con otras versiones de nosotros mismos. El arte es una forma de conectarse con un futuro que podría haber pasado.
Mikasa apartó bruscamente la mirada. Ese tipo de comentarios la sacaban de quicio. ¿Qué demonios le pasaba a esa maestra? Desde que había empezado a impartir ese curso, no dejaba de decir cosas extrañas y lo peor era que parecía que se las estaba diciendo directamente a Mikasa, como si no hubieran otros estudiantes de arte escuchando.
Cuando finalmente terminó la clase, Ymir le entregó un boceto de lo que planeaban hacer en el mural: un retrato de Eren a la izquierda, uno de Armin a la derecha y el de Historia estaba en el centro. El del centro ocupaba gran parte de la hoja, como era de esperarse, pero los dibujos no estaban nada mal. Ymir tenía talento.
-¿Lo hiciste todo en una noche?- le pregunta Mikasa sin dejar de ver los detalles del dibujo y el esmero con el que Ymir había acentuado los rasgos de cada uno de ellos.
-Que te digo, soy la mejor en lo que hago. Además, si es un retrato de Historia podría quedarme levantada toda la noche para hacerlo.
Se notaba que Ymir se había esforzado en los tres dibujos, no solo en el de Historia, pero Mikasa prefirió no decirle nada. Acordaron que ese sería el diseño del mural que presentarían como proyecto final y se fueron hasta la siguiente clase. En el pasillo estaban pegados los retratos que habían hecho hacía unos días atrás todos los estudiantes de su curso. Ymir obviamente había hecho uno de Historia y Mikasa obviamente había hecho uno de Eren, pero algo le llamó la atención a Ymir mientras caminaban.
-Oye, Mikasa, ¿no habías hecho un retrato de Eren?
-Sí, lo hice, es este- le respondió ella señalando un retrato al carboncillo realmente detallado de Eren Jeager. Se había lucido con ese dibujo.
-Es que aquí hay un retrato tuyo.
Mikasa se acercó hasta el dibujo que Ymir estaba viendo y comprobó que definitivamente se trataba de un retrato suyo.
-Pero yo no lo hice... ¿Quién más haría un retrato de mí?
-No lo sé- dijo Ymir rascándose la cabeza mientras miraba de cerca el dibujo- tal vez... ¡Espera! ¡Mira, aquí hay un nombre! Parece que quien lo hizo, le puso su firma.
