Esta historia usa como referencia el OVA de Mikasa de Lost Girls. Todos los personajes le pertenecen a Hajime Isayama.
Mikasa, Eren y Armin van a la misma universidad y comienzan a plantearse sus planes del futuro. Eren quiere ser un político capaz...
Eren solo tenía curiosidad. De verdad, lo único que quería saber era si Mikasa estaba bien... ¿Y qué fue lo que se encontró al llegar a la facultad? A un tipo con cara de caballo que estaba armando una escena entregándole unas flores a Mikasa en frente de todo el mundo. ¡Qué clase de idiota hacía esas cosas! Además, ¿Qué pensarían los demás? ¿Acaso creerían que ella estaba saliendo con un tipo tan feo? El simple hecho de pensarlo, hizo que Eren enfureciera, pero luego de unos segundos, su enojo se convirtió en tristeza. Si ella salía con alguien más, eso significaría que ya no lo necesitaba a él ¿verdad? Ese pensamiento hizo que Eren se sintiera egoísta, porque no quería que Mikasa dejara de necesitarlo. Quería...
Pero sin importar lo que Eren quisiera, no era justo para ella. Así que a lo único que podía hacer era que Mikasa fuera libre, pero no podía serlo si se quedaba a su lado. Alguien tendría que alejarse, y ella no lo haría, así que Eren tomó una decisión. Por el bien de Mikasa, por el bien de ambos.
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Annie estaba feliz. Nunca se había sentido tan cansada y con tanto sueño en su vida, pero estaba feliz. Se había quedado despierta hasta tarde hablando por mensajes con Armin, el chico más lindo que había visto nunca y habían quedado para ir a la biblioteca ese día. El chico le iba a enseñar sus libros favoritos y Annie estaba más que encantada si eso implicaba estar cerca de él por el mayor tiempo posible. Y en eso estaba pensando cuando vio a dos idiotas que le parecían familiares cerca del edificio en el que recibía una de sus clases. En cuanto Reiner y Bertholdt la vieron, se acercaron cautelosamente hasta ella sin ningún movimiento brusco. Se podía oler el miedo a kilómetros.
-¿Qué? ¿Ahora van a seguirme a las clases también?- les dijo ella con superioridad.
Reiner sabía que no sería fácil pedirle perdón a Annie por haberla seguido el día anterior a la heladería. Si era sincero consigo mismo, sabia que Annie era capaz de dejarlos en el suelo sin ningún esfuerzo (la chica practicaba artes marciales desde que tenía tres años) pero no quería perder su amistad. Bertholdt había llorado el día anterior, pero una amiga le había prometido ayudarlo ese día, así que lo único que le quedaba era hablar con ella por la tarde. Mientras eso pasaba, entonces se dedicaría a recuperar su amistad con Annie.
-Tienen cinco segundos para explicarme que hacen aquí o si no...
-Nos dejarás estériles de un golpe, lo sabemos-le dice Reiner mientras comparte una mirada cómplice con Bertholdt y luego ambos le extienden al mismo tiempo una bolsa de papel cada uno mientras se inclinan delante de Annie en plan dramático.
-Lo sentimos mucho-dicen ambos al unísono.
Annie sonríe sin poder evitarlo. Son unos idiotas, pero no puede dejar de quererlos, después de todo, son sus únicos amigos. Ella acepta las bolsas de papel y las abre para ver con qué intentan comprar su perdón. Son pasteles... Reiner y Bertholdt la conocían muy bien y sabían que la única forma de ganarse a Annie era con cosas dulces.
-Gracias-les dice intentando ocultar su sonrisa. "Idiotas" piensa ella mientras sus amigos se alejan y cada quien se dirige a su respectivo salón.
Cuando Annie llega a su clase, la compañera que siempre se sienta a su lado al fondo del salón, Hitch, suelta un bufido.
-Annie, te daré un consejo: no te metas en una relación con un tipo que sepa de leyes.
-¿Disculpa?-le pregunta Annie confundida, generalmente no le hace caso a ninguno de los comentarios de su compañera, pero ese día estaba de buen humor.
-Hablo en serio-dice Hitch con cansancio- Nunca creí que un tipo que supiera de leyes fuera tan aburrido. Pasó una hora recitándome esas estúpidas leyes hasta el cansancio, te lo juro Annie, nadie me había aburrido tanto en la vida. Así que te aconsejo algo: nunca salgas con un tipo así. Si es que te interesa salir con chicos, claro.
La ultima parte, Hitch la dijo con un tono burlón. Le parecía muy difícil que Annie estuviera interesada en salir con chicos, por eso le sorprendió que la chica se sonrojara.
-Espera... ¡no me digas! ¿Estas saliendo con uno de leyes?
-¿Qué? No.
-¡Pero te sonrojaste! Estas saliendo con alguien ¿verdad?
-No... no sé.
Hitch reprime un grito y sacude a Annie de los hombros para que le diga todo sobre su supuesta pareja. Annie apenas puede responder a todas las preguntas que le hace su compañera porque esta demasiado avergonzada.
-¿Es un chico alto?
-Si.
¿Es guapo?
-S-si.
-¿Es musculoso?
-No... pero es muy inteligente.
-Como si eso sirviera de algo...-dice Hitch mientras suspira, pero al mismo tiempo le sonríe a su compañera- ¿Vas a salir con él hoy?
-S-si.
-Eres tan patética-le dice Hitch riendo disimuladamente y se inclina para sacar algo de su bolso. Un lápiz labial-. Usa esto al menos.
Annie acepta el regalo y su compañera le sonríe con suficiencia. La clase empieza y dejan de hablar hasta que Annie recuerda algo que quiere preguntarle. Hitch tiene experiencia con los chicos, así que debería saber la respuesta.
-Oye, ¿Cómo le digo que me gusta?
-Nunca pensé que la antipática de mi compañera me diría algo tan vergonzoso... aunque ¿sabes algo? Me alegra. Nunca he hablado con alguien de temas de chicos.
Annie le sonrió incómoda, pero una parte de si misma se alegraba de tener a alguien con quien hablar.
-Creo que si este chico de verdad quiere salir contigo, lo cual me sorprende... sin ofender, claro, creo que no es necesario que se lo digas. Él te lo dirá primero.
