No fue Mentira (ErenxMikasa)

Capítulo 23

Ymir e Historia se sintieron aliviadas al ver que Mikasa corría detrás de Eren y se dirigieron una sonrisa cómplice sabiendo que no volverían a verla el resto de la noche. 

Eren por su parte, estaba entrando en pánico. Llevaba corriendo al rededor de ocho minutos sin detenerse y seguía sin poder perder de vista a Mikasa. La chica realmente era insistente, a este paso, Eren terminaría muriendo de un paro cardíaco o de una insuficiencia respiratoria antes de que Mikasa dejara de seguirlo. Así que finalmente decidió rendirse cuando llegó a un lugar donde no había nadie para así poder desplomarse en el suelo con tranquilidad. Tuvo que esperar varios segundos antes de poder recuperar el aliento, y hasta que lo hizo, Mikasa no dijo ni una palabra.

-¿Pero que diablos, Mikasa? ¿De verdad no te cansaste para nada?-le pregunta Eren mientras se levanta lentamente del suelo donde había caído rendido después de la caótica persecución.

Eren habría querido evitar todo contacto con Mikasa por al menos un mes, pero ahora no tenía más opción que hablarle, se había quedado sin energías para pensar en algún plan de escape. Le tomó unos segundos más  darse cuenta de que la chica estaba llorando, y eso lo hizo sentirse miserable. Eren había tocado fondo.

-¿Por qué?- le pregunta Mikasa intentando ocultar sus sollozos-. ¿Por qué  te esfuerzas tanto en alejarte de mí?
-¿Por qué te molesta que me aleje?
-Porque quiero estar contigo
-¿Por qué querrías estar conmigo?
-Porque... 

Mikasa no tenía una respuesta. Siempre pensó que cuando tuviera la oportunidad de decirle a Eren lo que sentía, ella escupiría las palabras sin dudar. Pero ahora que el momento finalmente había llegado, su mente estaba en blanco. ¿Cómo debería empezar? Quería permanecer al lado de Eren porque lo amaba... pero... ¿esa respuesta sería suficiente para él? 

-Quiero que dejes de seguirme, Mikasa- la confronta Eren sin darle tiempo para hablar-. Quiero que te alejes de mi para que puedas vivir tu propia vida. Deja de acercarte... por favor. 

Eren nunca creyó que esas pablaras serian tan dolorosas, casi tuvo que arrancárselas de la garganta. ¿Por qué le era tan difícil alejarse de Mikasa? La chica por su parte, estaba confundida. Eren parecía estar triste, pero aun así había sido capaz de decirle esas palabras tan crueles. 

-Yo... no puedo hacer eso- le responde Mikasa con firmeza.

-Pero quiero que te olvides de mi, quiero que vivas por ti misma. 

-No puedo. Eren, yo quiero vivir contigo, eso es lo que quiero, esa es mi decisión, no la tuya, así que no puedes obligarme a escoger algo que no quiero. 

-¡Pero no serías libre! 

-El amor... no es una condena, Eren. Si decido pasar el resto de mi vida contigo por amor no estaría perdiendo mi libertad, la estaría compartiendo contigo... porque... bueno, porque me gustas mucho.

Mikasa no pudo decir esas palabras viéndolo  a los ojos, así que se sonrojó hasta el punto de tener que bajar la vista al suelo, de esta forma no se dio cuenta de que Eren también se había sonrojado. Para él, esas palabras le fueron suficientes para comprender lo mucho que quería a Mikasa. Ella tenia razón, no estarían perdiendo su libertad estando juntos, y aun así... Eren no podía creérselo.

-Mikasa, ¿me dejarías ser egoísta por un momento? ¿Podría pedirte que te quedes a mi lado por siempre? Te prometo que si decides compartir tu vida conmigo, yo compartiré la mía contigo. Porque yo... te amo.

Y sin poder controlarse más tiempo, Eren se inclinó para besarla. Siempre había querido hacerlo, pero temía que eso condenara a la chica para que nunca fuera libre de sus sentimientos por él; sin embargo,  ahora pensaba que todo era diferente. Compartir su vida con alguien más sabiendo que era correspondido... eso era lo que realmente significaba ser libre. Y mientras esos pensamientos invadían su mente, los fuegos artificiales empezaron a colorear el cielo nocturno.