Capítulo 20

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Annie se había vuelto una experta en recorrer todas las facultades de la universidad sin ser vista por nadie. Se las había arreglado lo suficiente como para ocultar su rastro de Armin. Había borrado su numero telefónico, había cambiado su celular, incluso había evitado entrar directamente al edificio en el que recibía sus clases para pasar desapercibida. Pero por alguna razón, decidió tomar un atajo en la facultad de ciencias políticas ese día, sin saber que cierto chico estaría allí. 

Al escuchar que alguien grita su nombre a sus espaldas, un escalofrío le recorre el cuerpo y al voltearse, ve a Armin correr hasta ella. Esto hace que Annie sienta que está en el borde del mundo. Si se atreve a dar un paso hacia adelante, caerá por un precipicio lleno de incertidumbres. Si da un paso al frente, sabe que tendrá que decir muchas cosas que desearía olvidar. Si dependiera de ella, huiría, pero al ver los ojos de ese chico rubio tan honesto,  Annie decide quedarse. 

-Annie...-le dice Armin con un hilo de voz apenas. Correr le quitó el aliento y estar frente a la chica lo hace sentir tan nervioso que apenas es capaz de hablar. 

-¿Qué... por qué me hablas?- le escupe Annie sin perder el tiempo- Después de lo que te dijo Marco estoy segura de que sabes que soy... una idiota. Entonces ¿por qué estás aquí? 

-Yo quería... bueno, quiero preguntarte ¿Qué fue lo qué en realidad pasó cuando estudiaste con Marco? 

-¿Lo que pasó? Simple: golpeaba a Marco, le robaba su comida, le robaba su dinero... ¿quieres que continúe?- Annie había empezado a gritar sin querer y unas lágrimas de rabia rodaron por sus mejillas al recordar su pasado.

-Sé... sé que tú no hiciste nada de eso. 

Annie levanta de inmediato la vista para verlo a los ojos. Armin es un chico patético. Un tipo poco atlético que se cansa fácilmente tras correr pocos metros y que además de estudiar literatura, una de las carreras más aburridas del mundo, tiene el sueño imposible de querer impresionar al mundo con la lectura. Y a pesar de todo esto, Annie nunca había conocido en su vida a alguien tan... tan... tan capaz de hacerla sentir feliz con tan solo una mirada. 

-Marco dijo que nunca lo lastimaste- dice Armin mientras se acerca cautelosamente a Annie para no asustarla.

-Claro que sí. Y no solo a él, a muchas otras personas también. Fui una pésima estudiante y los hice sufrir. 

-Pero... tú nunca hiciste nada. 

-¡Lo sé!-grita Annie cerrando fuertemente los puños hasta que sus nudillos empiezan a ponerse blancos- ¡Sé que nunca hice nada! Y por eso... por eso soy una cobarde. 

Hace unos días, cuando Marco le habló a Armin sobre su difícil etapa en la escuela, le dijo que Annie estaba involucrada con el grupo de chicos que solía hacerle bullying a diario. Marco evitó entrar en detalles, pero tras unos segundos de incertidumbre, le confesó que un día, cuando lo habían golpeado hasta el punto de que su ojo derecho quedó morado, el profesor escogió a Annie para que dijera la verdad sobre lo que había pasado. Marco la miró suplicante en busca de ayuda porque ella lo había visto todo, pero Annie lo dejó hundirse solo y no dijo nada. 

-Yo... yo no dije nada- le confiesa Annie entre lagrimas con una voz tan silenciosa que Armin tiene que acercarse más para escucharla mejor-. Sabía lo que le habían hecho a Marco y si hubiera hablado ese día, él... 

-Pero... 

-Soy una mala persona, Armin. Sabía que muchas personas como Marco estaban sufriendo y aun así, nunca dije nada. Sabía quienes eran los que los molestaban y me quedé callada. Fui tan egoísta... 

Annie nunca antes lo había confesado en voz alta y se sorprendió a sí misma diciéndoselo a Armin como si él le estuviera reclamando algo, pero el chico no le decía nada. Simplemente comenzó a acercarse lentamente hasta ella y mientras temblaba de los nervios, le dio un cálido e inesperado abrazo. Annie estaba procesando la situación, cuando escuchó que Armin hablaba de nuevo.

-Para mí... sigues siendo una buena persona. 

Annie estaba a punto de replicar cuando Armin la abrazó más fuerte, acercándola a su cuerpo. 

-Creo... creo que si te arrepientes de no haber dicho nada, entonces eso es suficiente. 

-Pero no me conoces todavía. ¿Cómo puedes decir que soy una buena persona? 

-Es que de verdad eres una buena persona para mí. Y sé que aunque no te conozco mucho, pero estoy seguro de que cuando lo haga, no cambiaré de opinión. 

-¿Por qué?- le reclama Annie casi sin voz, está esforzándose tanto por no llorar,  que el nudo en su garganta le impide hablar con claridad. 

-Porque has cambiado. Ya no eres la misma de antes ¿verdad? sino, no le hubieras pedido perdón a Marco.

Las dulces palabras de Armin hacen que Annie finalmente deje de reprimir las lágrimas y ocultando su rostro en la camisa del chico, comienza a llorar. Había ocultado dentro de sí misma tantos arrepentimientos que juró nunca confesarle a nadie, y ahora finalmente había podido decirle a alguien lo mucho que se arrepentía de haber dañado a otros. Por fin era... libre.


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-Hablo en serio, mocosa. ¿Qué diablos estas haciendo aquí? ¿Por qué no estas recibiendo tus clases? -le dice Levi con verdadero enojo. Mikasa había ido a buscar a Eren por millonésima vez al edificio de ciencias políticas y se encontró con Levi por pura casualidad. 

-Estoy buscando a Eren- le dice ella a la defensiva e intenta alejarse, pero Levi la sujeta del brazo para evitar que siga avanzando. 

-Ya lo sé, pero estas perdiendo tus clases por esto, ¿verdad? 

Mikasa  evita verlo a los ojos y Levi simplemente exhala con fuerza. Ambos están demasiado exasperados como para seguir con la conversación.

-Mira, no pretendo decirte que hacer, pero esto es inaceptable. No puedes saltarte las clases solo porque sí, tienes que recibirlas si quieres aprobar el semestre ¿entiendes? ¿Mikasa? 

La chica era tan obstinada que seguía sin verlo. Incluso había bajado la mirada fingiendo estar distraída con algo. Levi quería hacerla reaccionar, pero sabia que ella no lo estaba escuchando. 

-¿Crees que eres la única que esta sufriendo?-le dice él con recelo-. Si pudiera elegir, yo no estaría aquí. Quisiera estar con Erwin, ¿sabes? Tiene que acostumbrarse a tener un brazo menos y... ¡y yo estoy en un salón de clases con un montón de inútiles! Pero es mi trabajo ¿sabes? Y no puedo quedarme en casa todo el día. Tengo que hacerlo porque Erwin no me dejaría ayudarlo si sabe que tengo más cosas que hacer. Lo mismo pasa con el Kenny...

-¿Qué le pasó al tío Kenny?-lo interrumpe Mikasa preocupada. 

-Él es el guardaespaldas de un señor muy importante ¿recuerdas? Un tipo llamado Uri que al parecer está muy enfermo y cuando tiene que quedarse en cama para descansar, envía a Kenny para que haga cosas fuera de su casa. ¿Y crees que él quiere hacerlo? Claro que no, ese idiota querría quedarse con Uri para ayudarlo y no puede.

Levi suspira al ver que la expresión de Mikasa cambia súbitamente a una de arrepentimiento. 

-Sé que estas preocupada por Eren,  yo también estoy preocupado por Erwin y Kenny lo está de Uri, pero todos tenemos cosas que hacer. Además, Eren no te perdonará que te saltes las clases por buscarlo a él ¿verdad? 

Mikasa se aleja de la facultad de ciencias políticas llena de frustración y enojo. Genial, ahora tendrá que esforzarse en sus clases a pesar de estar preocupada por Eren... tal vez es una buena idea ir con Historia a ver los fuegos artificiales después de todo...

No fue Mentira (ErenxMikasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora