Capítulo 21

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Armin esperó pacientemente a que las lágrimas de Annie cesaran.  La chica tenía los ojos hinchados y su nariz se había teñido levemente de rojo, pero a Armin le parecía tan hermosa... y de repente sintió una presión en el pecho. Annie había sido capaz de desaparecer por varios días y él no había podido encontrar ni un rastro de ella. ¿Qué pasaría si volvía a desaparecer de esa manera? Se acababan de reencontrar por pura coincidencia así que... ¿Qué pasaría si ella volvía a desaparecer y él no lograba encontrarla? ¿y si no volvía a verla nunca? Esos pensamientos lo atormentaron de la nada y  la simple idea de que eso llegara a pasar de verdad hizo que Armin se sintiera triste. No quería perderla,  así que simplemente se rindió ante sus impulsos. Ni siquiera se detuvo a pensar en las consecuencias, simplemente se inclinó y la besó. Sin previo aviso. Sin advertencia. Y Annie se derritió con él. 

El cerebro de Annie dejó de funcionar

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El cerebro de Annie dejó de funcionar. Su corazón estaba fuera de servicio. Sus piernas querían renunciar. Sus ojos no creían lo que estaba pasando y sus labios... Dios, no sabia que demonios le pasaba a sus labios. Cuando el cerebro de Annie reanudó las operaciones en su cuerpo, alejó a Armin de un solo empujón. Si la chica se había sonrojado y parecía un tomate, Armin era un caos. Su rostro estaba enrojecido por completo y tuvo que cubrirse las mejillas con las manos para no explotar. Pasaron varios segundos incómodos hasta que Annie no pudo soportarlo más y se dio la vuelta. Armin la sujetó del brazo justo antes de que ella empezara a correr. 

-¡Perdón!- se disculpa el chico de inmediato intentando no sonar patético y desesperado.

-¿Por qué...?- Annie susurra las palabras porque no se atreve a decirlas en voz alta. El simple hecho de pensar en la palabra "beso" hace que su estómago se vuelva un manojo de nervios, así que ni muerta se atrevería a decírsela en voz alta a Armin. 

El chico se devana los sesos en busca de una respuesta convincente que no lo haga parecer un imbécil, y finalmente se decide por la verdad. 

-Perdón, es que... me... me gustas, Annie. 

-A mí también... me gustas- Annie lo dice sin pensar. Las palabras se le escaparon solas y en cuanto las escuchó en voz alta se arrepintió por completo. Para evitarse la vergüenza tras semejante confesión, Annie se aleja corriendo lo más rápido que puede y cuando se asegura de estar lo suficientemente lejos del chico, sin querer se le escapa una risita y se siente como una idiota. Como una idiota muy feliz. Armin se queda inmóvil ante la inocente declaración de Annie y sonríe. Se guarda sus palabras en el corazón y se dirige a su siguiente clase con una alegría inefable. 

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Las clases de Annie terminan al rededor de la una de tarde, pero ella no se pudo concentrar desde su encuentro con Armin y cada vez que lo recuerda, no puede evitar sonreír. Al salir de su edificio reconoce una silueta familiar que seguramente la está buscando desde hace un rato, y sin querer, Annie se siente decepcionada. No esperaba encontrarse a Bertholdt.

No fue Mentira (ErenxMikasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora