¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆?

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—¡Jimin! —gritó en un susurro Lisa— Por poco y llegas tarde —miró a su alrededor y sintió un gran alivio de no ver al nuevo administrador. 

George, el nuevo administrador, era un monstruo. Llevaba casi dos meses, pero desde el primer día supieron que trabajar ahí ya no sería armonioso como lo fue en algún momento.

—Me quedé dormido, pero ya llegué —pasó corriendo por su lado para arreglarse y ponerse el delantal en su cintura— ¿Dónde anda Jackie? —preguntó una vez que estuvo listo y se acercó a la rubia. 

—Lo mandaron a dejar un pedido a unas oficinas. Ya debe estar por volver.

—Espero que no se haya perdido —bromeó Jimin. 

—Esperemos —ambos rieron.

—Veo que ya llegaste —habló George, quién iba entrando por la puerta trasera y dejó escapar el humo de cigarro que tenía contenido en su boca. Los dos chicos voltearon a verlo— Pensé que no vendrías. 

Hasta el momento, trabajar con él era del asco, pero al menos los dejaba tranquilos cuando los veía que hacían todo bien. 


***

El tiempo pasa jodidamente rápido cuando algo bueno llega a la vida de cualquier ser humano. Bueno, en este caso, a la vida de Jimin. 

Park Jimin, llevaba alrededor de dos meses hablando por mensaje de textos y llamadas con Jungkook, y para su sorpresa, estaba realmente feliz y cómodo con ello.

En todo ese tiempo, Jungkook realizó diversos viajes, permaneciendo en cada uno de ellos por al menos tres días y cada vez que quedaba libre, solía invitar a Jimin a comer, al cine o simplemente a pasear caminando por algún parque u otro lugar que el menor quisiera visitar. Luego de que acababa con su trabajo ahí, se devolvía a Corea u otro país para seguir con sus actividades programadas. 

Ahora, desde la última vez que se habían visto, ya había pasado una semana. 

Una semana y Jimin aún lograba recordar ese delicioso olor del perfume caro que siempre usaba Jeon. 
 
El molesto sonido de un teléfono sonando hizo que Jimin extendiera la mano, aun con sus ojos cerrados buscó el aparato que descansaba en la pequeña mesita de noche que había al lado de su cama. 

—¿Uhm? —fue todo lo que pudo formular al contestar medio dormido. Tampoco se fijó quien llamaba.

Hola —se escuchó desde el otro lado de la línea. Los ojos de Jimin se abrieron como plato al reconocer esa preciosa voz ronca.

—¿Ju-Jungkook? —preguntó mientras salía del escondite entre sus sábanas, para sentarse en la cama.

Sí. Yo.

—Hola... —sonrió aun cuando nadie lo veía— ¿Cómo estás?

Bien. Uhm... yo llega ahora. ¿Tú quiere comer? 

—¿Vienes viajando? —preguntó al no comprender muy bien las palabras de Jeon. Sí, aún lencostaba entenderle a la primera.  

Un suspiro se escuchó al otro lado de la línea. 

No, uhm... yo ya aquí en hotel —explicó— Ahora libre, más tarde reuniones aburridas.

No olvides que te amo ~ KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora