La primera semana de instituto había pasado con éxito y los exámenes ya comenzaban a atormentarlo. Jimin se levantó con prisa esa mañana y se dio una extensa ducha para lograr despertar por completo, ya que eran las malditas siete de la mañana y se había quedado estudiando hasta tarde la noche anterior. Sin muchas ganas de ir al instituto, se arregló de manera casual, tomó sus cosas y sin despertar a Jungkook, besó una de sus mejillas para finalmente marcharse.
Al salir del edificio, el mismo auto negro que ya conocia desde hace una semana lo estaba esperando. Noah Miller era su chofer, un extranjero americano que dominaba el español, además de su idioma natal; el inglés.
—Buenos días, joven Park —saludó con una pequeña reverencia mientras abría la puerta trasera del auto para que Jimin subiera.
—Hola, Noah —le sonrió— Te dije que dejaras de llamarme joven Park, solo dime Jimin.
—Lo siento, joven —cerró la puerta y vio como Jimin negaba con su cabeza.
El auto se puso en marcha y Jimin miró en todo momento por la ventana del auto, todo era tan bonito y le frustraba no saber aún cómo ir al centro por sí solo. Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando llegó al instituto hasta que Noah le habló y lo trajo de vuelta a la realidad.
—Joven Park, ya llegamos —anunció, mientras se sacaba el cinturón de seguridad y comenzaba a salir del auto.
Jimin tomó su bolso y suspiró. Hoy tenía un maldito examen y no sabía si le iría al menos un poco bien. La puerta se abrió y Noah le sonrió.
—Gracias, Noah. Nos vemos más tarde.
—Sí. Feliz cumpleaños, joven Park —lo felicitó una vez que Jimin bajó del auto y él cerró la puerta.
—Oh, verdad —acomodó su bolso en el hombro— Gracias Noah, ten un buen día.
—Lo mismo para usted —se despidió y subió al auto. Jimin simplemente caminó hacia el interior del gran instituto.
La mañana pasó rápido y al finalizar las clases, Jimin fue al baño para hacer sus necesidades, lavar un poco su cara y así ahuyentar el sueño que aún había en él y finalmente lavar sus manos. Cuando estuvo listo, salió del baño y caminó por los pasillos hasta que llegó a la cafetería para comer algo y olvidarse por completo del horrible examen. Apenas ingresó al lugar, el olor a café inundó de manera exquisita sus fosas nasales y miró todo a su alrededor, hasta que se encontró con sus compañeros y nuevos amigos ahí, sentados en una de las mesas esperando por él.
Kim Taehyung y Jung Hoseok.
Ambos eran Coreanos, pero por cosas de la vida vivieron en Latinoamérica y no dominaban su idioma natal, tal como Jimin.
Taehyung tenía la misma edad que Jimin y estaba solo en Corea, quería aprender bien el idioma para comenzar una nueva ahí, sin importar que no volvería con su familia, no a vivir al menor. Hoseok era un año mayor que ambos y solo sabía lo básico gracias a su hermana mayor, aun así había tomado la decisión de estudiar el idioma desde cero y al igual que su amigo, no pretendía irse de Corea.
Desde el día uno en el que se conocieron, los tres congeniaron increíblemente bien y se divertían a diario, y siempre andaban juntos en sus horas de instituto.
—¡Jiminssi! —gritó Hoseok, mientras agitaba su brazo en el aire.
Jimin sonrió y caminó en dirección de los chicos.
—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó Hoseok, sonando más como un reclamo.
—Estaba haciendo pis —respondió Jimin, sin dejar de sonreír.
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No olvides que te amo ~ KM.
De Todo"No olvides que te amo. Donde quiera que esté en este momento, yo te seguiré amando, porque la vida es muy corta para solo amarte en una. Te buscaré en nuestra siguiente vida, como te lo prometí. Te amo, Jimin." ➤ Historia homosexual. ➤Contenido +...