━ CHAPTER TWO

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PRIVET DRIVE

10 años después

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10 años después...

Hope Green ya tenía once años.

Esa niña huérfana que, sin saberlo, formó parte de algo más grande que ella años atrás, había crecido, y le habría gustado decir que desde siempre había vivido una vida feliz y normal, como cualquier otra persona de su edad. Sin embargo...

No fue así.

En definitiva, Hope Green no era feliz ni relativamente normal.

Tenía una vida extraña. No era ni tan mala ni tan buena. No era un martirio pero tampoco una bendición.

El sol se elevaba e iluminaba todo Privet Drive, incluyendo el número 14 de latón sobre la puerta de la familia Green.

Hope permanecía roncando en su cama, aferrada a las sábanas. Luego despertó instantáneamente al escuchar como su puerta se azotaba a golpes. Eso sólo podía significar una cosa: la molesta de Charlotte ya estaba despierta y quería algo; escuchó los pasos de su prima bajando la escalera y después, el molesto sonido de una silla arrastrándose.

Se tapó la cara con las manos, refunfuñó y ahogó un quejido, teniendo su último momento de paz en el día.

De todos modos, pensó tratando de animarse, su sueño no estaba siendo tan lindo. Había soñado que... Un momento, ¿Qué había soñado? Ya no recordaba nada. «Oh, qué bonito, Hope» murmuró decepcionada.

Casi arrastrándose se levantó de la cama. Salió de su habitación soltando un bostezo, descalza y con los ojos entre cerrados, y  caminó sin prisa hacia el baño. Al llegar se mojó la cara con agua fría, necesitando  despertar.

Se miró en el espejo como siempre y se guiñó un ojo divertida,sentía que se veía especialmente bien en las mañanas,y razón no le faltaba,pues a comparación de su prima Charlotte,no parecía una zarigüeya a la que había arrollado un camión.

Hope era una niña de pelo castaño y ojos avellana que, por alguna razón, a veces parecían ser más verdes que nada. Charlotte Green, por otro lado, era una rubia de ojos azules extremadamente acuosos que al despertar lucía como zarigüeya aplastada.

Hizo una mueca al imaginar la posible reacción de Charlotte si llegaba a escuchar el apodo que le tenía. Seguramente patalearía con esos palitos a los que llamaba piernas y haría un berrinche, chillando con su aguda voz.

Se pasó las manos por el cabello tratando de deshacer algunos nudos y aún con la pijama puesta bajó a la cocina.

Lo primero que vio en la estancia fue la mesa. Estaba llena de papeles, plumas, hojas y grapas. Supuso que su tía Bhet había estado trabajando en la noche allí, preparando alguna actividad para sus alumnos debido a lo cerca que estaban de iniciar las clases en la escuela en que trabajaba.

BLACK GREEN  [Harry Potter Y La Piedra Filosofal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora