l. king of my heart

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rey de mi corazón








—¿Sigues enfadada?

Brigid le dirigió a Harry una mirada tan indignada que resultaba cómica, puesto que él sabía a la perfección lo poco que le gustaba a Brigid enfadarse con alguien. Pero realmente lo estaba y era con él.

—Si eres un estúpido que va por ahí entrando en compartimentos y acaba con la nariz destrozada y a punto de regresar a Londres en el tren, no es culpa mía, pero... —Harry la miró, tratando de reprimir una sonrisa. Brigid inspiró hondo—. Por Merlín, eres un gran idiota. El mayor que ha existido. ¿A quién se le ocurre hacer algo así?

—Lo sé, lo sé —suspiró Harry. Además, Brigid había dado el inicio al curso con puntos negativos para Hufflepuff, cortesía de Snape —nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, por si fuera poco—, por ir a sentarse junto a Harry en la mesa de Slytherin al verle llegar.

El azabache aún recordaba a la perfección la expresión de Brigid cuando le habían visto entrar en el Gran Comedor. Estaba más pálida que de costumbre, pero había alcanzado a ver su rostro llenarse de alivio cuando vio que estaba bien, solo para después convertirse en una mueca de indignación. Sí, se había enfadado. Pero, a pesar de ello, se había pasado toda la cena sentada a su lado, incluso cuando Snape le había ordenado que regresara a su mesa. Theo y Blaise le habían dicho más tarde que habían disfrutado mucho de la discusión entre su chica y Snape.

«Su chica». Harry había reído cuando Blaise se había referido así a Brigid. Aunque se suponía que así era ahora, ¿no? Era su novia, su chica, aunque Harry simplemente pensara en ella como Bree. En todo caso, su Bree.

Una Bree que, en ese momento, le contemplaba con el ceño fruncido y una chispa de furia en sus tormentosos ojos grises. Harry aún extrañaba el antiguo celeste que éstos habían poseído, aunque debía admitir que había algo fascinante en aquel tono. Algo peligroso también, indudablemente. Representaba el don que Brigid poseía; del mismo modo que los ojos de Harry se habían vuelto azul cambiante una vez aprendió a controlar sus ilusiones, los de Brigid bien podían ser un reflejo del mundo de los muertos.

Eso no quitaba que fueran preciosos.

—Llegaremos tarde a clase si no nos damos prisa —dijo Harry, sonriendo levemente. Brigid soltó un hondo suspiro—. Además, con Snape.

—Ni me lo recuerdes.

Harry le dio un beso en la mejilla. Ella apretó los labios, en un intento por no sonreír.

—No volveré a repetir lo del tren —prometió él, sintiendo que debía asegurárselo—. Tendré cuidado, ¿vale?

Brigid soltó un suspiro y terminó por asentir.

LOVER OF MINE ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora