lviii. you're a mission

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lviii

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lviii.
eres una misión








Se estaba volviendo loco allí encerrado. Sus padres y Medea se habían ido una semana antes, después de que se celebrara en la propia Potter Manor la boda de Mary y Reginald Cattermole. Había sido una celebración bastante privada, a la que solo habían acudido los Potter, las Bones, Sirius, Vega, Nova, Teddy y Remus, además de, desde luego, los tres hijos de la pareja.

Después de ello, todos habían tenido que irse. Era el acuerdo: Harry tendría que sobrevivir por su cuenta aquella semana, consolándose con la idea de que su familia estaba a salvo en otra de las residencias de los Potter.

El plan para sacarle de allí tenía que esperar un poco más. Ahora, por fin había llegado el momento y Harry, sabiendo quiénes estaban por llegar, no podía estarse quieto.

De pronto se oyó un rugido ensordecedor fuera de la casa. Harry se incorporó bruscamente y se golpeó la coronilla con el marco de la pequeña puerta. Se quedó quieto sólo lo necesario para proferir algunas de las palabrotas más selectas de Sirius y, frotándose la cabeza, fue tambaleante hasta la cocina. Miró por la ventana que daba al jardín trasero.

Observó unas ondulaciones que recorrían la oscuridad, como si el aire temblara. Entonces empezaron a aparecer figuras, una a una, a medida que se desactivaban sus encantamientos desilusionadores. Hagrid, con casco y gafas de motorista, destacaba en medio de la escena, sentado a horcaiadas en una enorme motocicleta con sidecar negro. Alrededor de él, otros desmontaban de sus escobas, y tres de ellos de sendos caballos alados, negros y esqueléticos.

Harry abrió de un tirón la puerta trasera y corrió hacia los recién llegados. En medio de un griterío de calurosos saludos, Hermione lo abrazó, Ron le dio palmadas en la espalda y Vega le revolvió el pelo. Por un momento, creyó que Brigid no había venido y sintió un profundo alivio a la vez que una inmensa tristeza.

Entonces, la vio desmontar la última de uno de los thestral. Poco le faltó para quedarse sin aliento: no era solo que Brigid se hubiera cortado el pelo por encima de los hombros de nuevo, cosa que a Harry le encantaba, sino que ahora el bonito color castaño había sido sustituido por un radiante rubio que llevaba la firma de Nova.

Se obligó a no quedársela mirando embelesado y, en su lugar, saludó a los gemelos, mientras sentía el corazón acelerado. No había visto ni hablado con Brigid desde después del funeral de Dumbledore. Quería preguntarle si estaba bien, si seguía teniendo pesadillas, si su don le estaba causando problemas. Pero no podía y él era el único responsable de ello.

«Lo haces por Bree», se recordó, a regañadientes. Para que fuera más fácil para ella en caso de que algo saliera mal. Porque Harry estaba bastante convencido de que las cosas podrían salir muy mal.

LOVER OF MINE ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora