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xli. accidentalmente enamorado
Si al principio le preocupaba que Harry le ignorara, ahora desde luego que le molestaba.
—Se está portando como un idiota —comentó Nova de mal humor, cuando ambas se sentaron juntas en el Expreso de Hogwarts.
Parte de su mal humor también surgía de la despedida que habían tenido en Grinmauld Place antes de marcharse. El adiós a Sirius, James, Ariadne... y Vega.
Nova no había apenas hablado durante el trayecto en el Autobús Noctámbulo. Ni ella ni Harry, Susan y Jessica. Los gemelos también habían estado extrañamente callados.
Jason y Remus habían intentado subir un poco el ánimo, pero ellos tampoco se veían con fuerzas para ello. En especial Jason, que seguía recobrándose de su experiencia con la serpiente.
Sin embargo, había insistido en acompañarles y nadie había podido disuadirle de esa idea.
—Maldita sea —bufó Nova de la nada, golpeando el asiento junto a ella.
Ginny soltó un suspiro y pasó su brazo por encima de los hombros de la otra. Nova subió las rodillas al asiento y las rodeó con sus brazos, con el ceño profundamente fruncido.
—Vaya mierda —masculló por enésima vez.
Brigid no sabía dónde meterse. Intercambió una tensa mirada con Ginny, a quien tenía justo enfrente. Nova estaba apoyada contra el cristal de la ventana.
—¿Sabéis que quiero hacer? —continuó diciendo Nova—. Teñirme.
—No suena como mala idea, pero... —empezó Ginny, pero Nova ya había saltado del asiento y rebuscaba en su mochila.
Le tendió a Brigid unas tijeras, que ésta se quedó contemplando como si no supiera cómo usarlas, y sacó un bote de tinte rubio mágico.
—¿Estás segura de esto? —preguntó Brigid, entendiendo la mirada que Nova le dirigía—. No he cortado el pelo a nadie en mi vida; ni siquiera se me da bien usar unas tijeras.
—Me da igual —admitió Nova—. Solo necesito distraerme. Incluso puedo cortarte el pelo a ti luego. Gin, ¿por dónde me lo dejo?
Cuando Brigid bajó del tren, no puedo evitar sentirse cohibida: nunca pensó que llevaría el pelo tan corto. Jamás se le había pasado por la cabeza el cortárselo por encima de los hombros. Incluso mientras Nova se lo cortaba, era capaz de imaginar la cara de desaprobación de su padre si la viera.
