vii. friendship

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vii

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vii.
amistad








Brigid no se había atrevido a ir a la enfermería a visitar a Harry después de lo sucedido en el partido.

Creía que, tal vez, debía disculparse. ¿Y si el hechizo no había salido bien? Tal vez, Harry hubiera escuchado a los dementores o los avisos del público si no hubiera estado parcialmente sordo. Tal vez, se había paralizado porque el efecto del hechizo no había durado lo bastante.

Felicity le dijo que tenía una obsesión poco saludable con culparse por todo.

—Le ayudaste a poder jugar, no seas tonta, no está enfadado contigo —protestó—. Podrías ir a verle y hablar con él.

Pero Brigid no pensaba hacerlo. E incluso si se hubiera atrevido a ir, según le había contado Felicity, Vega y Nova apenas se despegaban de él. Brigid no sentía ganas de hablar con las hermanas Black, ni tampoco hubiera sabido qué decirle a Harry, de modo que optó por no visitarlo.

Tendría que encontrarse con él tarde o temprano, pero podía esperar hasta el lunes, cuando Hufflepuff y Gryffindor tenían Defensa Contra las Artes Oscuras.

Brigid esperaba que Lupin se hubiera recuperado de su enfermedad y volviera a dar clase para esa semana, porque no soportaría una lección más con Snape. Solo de pensar en los dos pergaminos sobre hombres lobo que tenía que añadir a su interminable lista de trabajos pendientes se mareaba. Todos los años se proponía llevar los deberes al día y organizarse bien y todos los años fracasaba en el intento y terminaba haciendo todo el día antes de la entrega.

Al menos, había podido hablar bastante con Felicity durante el domingo, mientras Brigid hacía las tareas en la biblioteca y la fantasma daba vueltas por el lugar y le contaba las cosas interesantes que escuchaba por ahí. Por ejemplo, había presenciado una ruptura y había ido a narrarle a Brigid tal y como había sucedido. La Hufflepuff no podía evitar divertirse por ello.

También había llegado a comprender mejor qué era Felicity y por qué solo Harry podía verla.

—Las maldiciones de sangre son bastante jodidas —había empezado diciendo cuando Brigid se atrevió a preguntarle por su condición. No se sentía tan tímida en compañía de Felicity, tal vez porque ésta no sentía vergüenza alguna y ya la trataba como si se conocieran de hacía años—. Mi madre tenía una. Es largo de explicar, pero básicamente ella debería haber muerto al dar a luz. Pero, ¡sorpresa!, fui yo la que murió. Aunque realmente no llegué a nacer, ¿cuenta como haber muerto?

—Esto...

Brigid no lo sabía y Felicity no se paró a reflexionar.

—No sé dónde debería haber ido yo, mi alma o lo que sea que tenga, pero simplemente volví junto a Harry. He crecido con él y ninguno de los dos recordamos haber estado sin el otro nunca. Es casi como si hubiera tenido una vida normal, excepto porque puedo atravesar paredes, no como ni duermo y solo mi hermano me ve. Y ahora tú. —Felicity la miró fijamente, curiosa, durante unos segundos—. Aún no sé por qué tú puedes. Es raro. Aunque tampoco me quejo, está bien hablar con alguien además de Harry.

LOVER OF MINE ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora