Esa misma tarde después del entrenamiento, los dos adolescentes caminan las ocho cuadras que los separan del centro comercial, conversando de sus vidas, de sus gustos. De todo aquello que los sigue convirtiendo en un par de amigos entrañables. Cada segundo que comparten juntos, es profundamente significativo para cada uno.
Ver las coincidencias que empatan sus vidas en un sinfín de experiencias, siempre acaba con una risa de asombro que los acerca cada vez más a un punto que, cualquiera alrededor que los vea juntos, puede predecir antes que ellos mismos.
Luego de haber visto una película en el cine, se encuentran bebiendo con dos pajillas del refresco gigante que les quedó. Bajo la sombra de un edificio departamental mirándose mutuamente, Sofía le cuenta a Vicente algo para lo que él nunca estuvo preparado.
-Soñé que me desvirgabas.
La cara del joven baterista de los Acid Rancid Freaks, se petrifica en una mueca que Sofía no sabe definir y sin embargo le gusta.
-Era tan real, te lo juro. Si imagínate que desperté ¡y miré si estabas conmigo! -se ríe de lo más natural.
Vicente se acaba el refresco de un implacable sorbo sin saber que decir o hacer enseguida.
-Pero espérate, lo más loco fue que... -la intrépida Sofía se demuestra ante Vicente por primera vez en esta última semana de amistad, nerviosa.
El muchacho la mira con sus ojos bien abiertos, aun petrificado como si en su lugar hubieran puesto un cuadro impresionista.
-Fue que yo... -Sofía duda si decir lo siguiente que se aloja en su pensamiento más presente. De manera inconsciente, cubre la mano de su amigo que sigue sujetando el vaso grande de refresco- yo creo que tuve un sueño húmedo, porque desperté con el calzón... emm... mojadito y no fue una meada. Eso te lo juro.
Vicente mira la mano de Sofía mientras su mente procesa la información que acaba de entrar por sus oídos. No deja de ser toda una curiosidad que su cuerpo reaccione antes que su consciencia. La emoción y el nervio le invaden antes que pueda asimilar la realidad. Nunca imaginó que Sofía no tuviera tapujos en hablar de esas cosas.
Sofía, por su parte, puede oír sus propios latidos en su interior. Su cara roja y las manos apretadas sobre las de su amigo la pillan desprevenida, puesto que odia confesarse con las personas que tiene delante y jamás lo hace. Ahora solo espera una reacción. Algo que diga que éso tiene algún sentido para él. Uno bueno. Sería horrible que la considerara de mala manera.
El tiempo se dilata espectacularmente. Lo que solo son segundos, para ambos de pronto son horas. El silencio está a punto de volverse un amargo trago de refresco cuando el muchacho articula una oración:
-Bueno, yo... Yo también soy virgen.
No es la reacción que la chica esperaba, para nada. Sin embargo, y ante la nueva información, ella se vuelve a relajar y de puro instinto le da un tirón a sus manos.
-¡Maldito virgen, me hiciste tuya y ni te enteras! -la chica exclama con una fuerte carcajada haciendo que su amigo hasta dé un pequeño brinco del susto.
-Oyeee... No tienes que gritarlo, Sofía, ¡shhh! -Vicente la trata de callar zafando una de sus manos y llevándola a la boca de su amiga para hacer que ésta baje la voz. Ella le muerde un dedo- ¡Ouu! ¡Perversa!
-¿Qué vas a hacer? ¿Acallar la verdad? -bromea-. Tu verga estuvo dentro de mí esta madrugada. ¡Asúmelo!
-En serio, estás loquita... -el shock en la cara de Vicente es muy obvio y adorable para Sofía-. Muy loquita. Y no hay más refresco para ti -sabe bromear también.
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Lujuriosos Píxeles de Medianoche
RomanceUna chica audaz, víctima de sus secretos y un muchacho noble, en la constante lucha contra sus circunstancias de vida, compartirán una historia que mantendrá una agradable calidez en tu interior. Del destino aleatorio y muchas veces cruel, que a vec...