Capítulo4: Ojos profundos

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Eva

Día del partido de tenis

Día de estrés y nerviosismo en mi Universidad

Y otro día más del calendario en el cual tengo que tragarme mis sentimientos por Bruno.

Aún faltan unos minutos para que el juego comience. Todos habíamos venido hoy. Chloe y Ed estaban sentados juntos comiendo palomitas mientras que se daban uno que otro beso, ambos entusiasmados usando la gorra verde del equipo. A su lado se encontraba Erin tomando una soda quien tenía a Peter sentado en su regazo el cual tenía un cartel que decía "Te Amamos, Bruno" y créanme, no es la única pancarta del lugar. Por último, mi insignificante ser descansaba sentado al lado de mi hermana y mi sobrino.

—Vamos Eva, quita esa cara larga—chilla en protesta mi hermana a mi lado.

—No quiero estar aquí—bufo.

—Que raro, Eva Williams no quiere ver a Bruno Johnson jugar—dice en claro sarcasmo.

—Esperé mucho por ver este partido, pero ahora solo quiero irme a casa—hago una mueca de incomodidad. La verdad no quiero torturarme más viendo como Andrea en la primera fila de las gradas le da apoyo a su novio, ella grita enunciados de apoyo, ni siquiera ha empezado el partido y creo que terminará ronca. Y no quiero ver la escena de ella besándolo en felicitación si gana el partido.

Tonta, tonta e infantil Eva.

Eres madura para muchas cosas pero no eres capaz de pasar por encima de este tonto amor y olvidarlo.

En serio soy patética.

—Escucha...vamos a quedarnos, no cerré la pastelería para venir aquí y verte con esa cara. Veremos el partido y luego nos vamos a casa si no quieres ir a la fiesta—propone y asiento—Ya quita esa cara, linda. No me gusta verte triste—pellizca mi mejilla y le doy una sonrisa débil.

El partido comenzó y desde las gradas puedo percibir la tensión de Bruno, él es un jugador extraordinario y le apasiona el deporte tanto como la psicología, pero siempre se pone nervioso en uno de estos campeonatos, y es algo normal. Todo marchaba bien aunque no se mucho de tenis; el jugador de Canberra era un chico de tez pálida y cabello rubio alborotado, se veía igual de bueno que Bruno en lo que hacía.

Gritos, aplausos y alegrías se desataron pasando los minutos del partido y Bruno llevándose la victoria. Todos corrieron a abrazarlo incluidos mi hermano y mi mejor amiga, y como era de esperarse, Andrea fue la primera en correr hacia él y lanzándose sobre su cuerpo le da un apasionado beso sin importar que más de 100 personas estaban presentes en ese momento.

—Mamá, quiero ir con Bruno—Peter hace un pequeño puchero señalando hacia abajo donde se encontraban las personas directas a Bruno felicitándolo.

—¿Quieres ir?—Erin me pregunta con voz suave y toma mi mano.

—Claro. Estaré bien—ella me da una mirada triste.

Bueno Bueno, tampoco es para tanto, no me gusta que me miren triste por una estupidez como mis sentimientos absurdos.

Bajamos los escalones hasta llegar donde se encontraba el pequeño tumulto.

—Felicidades, campeón—mi hermana le da un abrazo.

Bruno le sonríe—Gracias, Erin.

—Bruno, ganaste—comenta Peter emocionado—Eres el mejor.

—Gracias chiquitín—carga a mi sobrino no sin antes chocar palmas.

Erin me da un codazo disimuladamente—Felicitaciones—comento suavemente

Incierto Destino [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora