Capítulo 3

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Gabriel

-Tenemos que decirte algo.

Quién diría que esas palabras significaría el principal de mis problemas.

-¿Qué pasa?.

-Nos iremos a Portland.

-Bien por ustedes.

-No me vengas con sarcasmo Gabriel- me dedico a rodar los ojos- tu vendrás con nosotros.

Empiezo a reirme, ellos me miran raro.

-Si claro, iré con ustedes- digo irónico

-De verdad te lo decimos- interviene mi padre, cansado de la situación por mi falta de comprensión.

-No pienso ir yo puedo cuidarme solo, si quiren ir, bien vayan ustedes yo me quedo acá.

-Es que hijo no te podras quedar en esta casa.

-¿Que? ¿Por qué? A ver adivino la vendieron y ahora tendré que vivir en un callejón.

-No es eso y puedes dejar de usur tu sarcasmo por un minuto.

-No.

-Esto no va a llegar a nada- dice mi madre, intento irme pero me detiene.

-Tenemos que irnos porque tu padre lo trasladaron para allá, y como esta casa nos dio la empresa, tenemos que dejarla para que vengan otras familias.

-Tengo mi vida acá, puedo quedarme con Lucas.

-Te vas con nosotros, esa es la última palabra.

-Seré mayor en unos meses.

-Como dijiste... en unos meses, no ya. Así que empieza a empacar, que en dos días nos vamos- suelto una maldición por lo bajo.

-¿Dónde se supone que viviremos?.

-Por ahora Emma nos dejara quedarnos en su casa hasta que a tu padre le den una.

-¿Emma?- ¿Acaso sera la misma Emma que pienso yo?.

-Si, la mamá de Martina- acerté.

-Ok ahora si me permiten iré a mi habitación a ordenar mis cosas, tengo mucho que guardar.

No dicen nada, me levanto y salgo de comedor, subo las escaleras, entro a mi pieza y suspiro. No quiero dejar la cuidad tengo mi vida aquí, ahora tendré que vivir en otro lado con personas nuevas.
De pronto recuerdo que ayer le había dicho a Lucas que iría para ayudarlo con la letra de una nueva canción que esta escribiendo. Agarro mi guitarra y  las llaves de mi moto.

-Saldré y volveré tarde- grito.

Subo a mi moto y salgo a la velocidad mas rápida si es posible, me gusta sentir esa adrenalina.
Cuando llego toco la puerta y me atiende.

-Pasa- me adentro y vamos a su cuarto- ya tengo más o menos completa la letra solo me falta el toque de tu guitarra y podremos terminarla hoy.

-Tengo algo que comentarte- me da una cerveza pero niego, no suelo tomar cuando manejo.

-¿Qué es?.

-Me iré.

-¿¡Qué ¡?, ¿a dónde!- grita.

-A Portland.

-¿Y ese repentino viaje?- pregunta

-Espera, eso no es lo peor.

-Ya, dime todo.

-Iré a vivir.

-¿¡Qué!?- dice y tira la cerveza- eso no puede ser ¿que pasara con la banda que ibamos a crear?.

-Tendrá que esperar volveré cuando cumpla la mayoría de edad.

-Te extrañaré hermano- ya se puso sentimental.

-Y yo a ti, pero no nos desanimemos mejor terminemos esa canción.

Así estamos toda la tarde componiendo, cuando veo que es muy tarde, para ser exactos casi la media noche me despido y me voy para casa.

Me tiro a mi cama y caigo en un profundo sueño.

-Siempre estaras conmigo ¿verdad?- me dice una niña demasiado hermosa

-Si siempre, lo prometo- la envuelvo en mis brazos.

-Te quiero, Gabriel...

Despierto sobresaltado, era ella, lo sé.
Su dulce voz siempre esta en mi mente.

-Gabriel despierta ya es tarde.

-Ya estoy despierto.

Cuando ya estoy cambiado bajo a desayunar, un montón de cajas se cruzan por mi camino y entonces recuerdo que no empecé a empacar.

-Jugo de naranja y wafles.

-Gracias- me dedico a terminar lo que me dio.

-Tienes ya todo preparado.

-Si.

-Saldré. Más tarde nos vemos hijo.

-Adiós.

Iba a ir a lo de Lucas, pero él tenia entrenamiento así que agarro mi maleta y empiezo a colocar toda la ropa que pueda, no es como si tuviera un monton, lo necesario nada más.
La tarde cae y yo ya tengo todo listo para mañana sera un viaje largo.

-Gabriel- toca la puerta

-Puedes pasar papá- se sienta en el borde de la cama y me observa- ¿quieres decirme algo? O solo miraras mi hermoso rostro.

-Tenías que ser hijo mío- se ríe- venía a decirte que para mañana a la noche tomaremos el avión, tendrás el tiempo posible para despedirte de todos.

-Lucas ira hasta el aeropuerto, así que me despediré de él ahí.

-No te quito más tu tiempo.

-Chau.

Cierra la puerta, me pongo mi pijama, mi mente vuelve al sueño de anoche y sé que tiene que ver con que volveré a ver a Martina.

                          ☆☆☆☆☆☆

Estoy sentado en el aérea de espera, mis padres fueron a buscar algo, no los escuche sinceramente. Estoy esperando que llegue Lucas me dijo que vendría.

-¡Gabrielito!-ruedo los ojos cuando lo escucho.

-No me llames así.

-A tu abuela le encanta llamarte así.

-A ella se lo permito, si le digo algo no me hará esas galletas que amo tanto.

-Tienes razón.

-¿Como vivirás sin mi en este tiempo?- le digo burlón.

-No lo sé, me sentiré devastado sin ti- hace un gesto exagerado.

Nos empezamos a reír, extrañaré mucho pasar tiempo con el, aunque muchas veces me sacara de mis casillas.

-Visítame, ese lugar me aburrirá.

-O tal vez no, quien dice y encuentres al amor de tu vida.

-Ya deja de decir estupideces sabes que no quiero estar con nadie y es mejor así.

Pasajeros con destino a Portland el vuelvo sale en veinte minutos.

-Hijo nos tenemos que ir- dice mi madre.

-Nos vemos, suerte.

-Como si la necesitará.

Ya estamos en el asiento que me tocó, mis padres al lado mío, como se que tardaremos me coloco la manta y cierro los ojos.
Espero y este viaje no traiga nada malo a mi vida, ya tengo lo suficiente con haber dejado el lugar donde me crie.










Aparecio Gabriel
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Nos vemos
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Los quiere E.

Probablemente ¿Amor? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora