Capítulo 2

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Martina

-¿Qué?.

-¿Hija no me escuchaste? Que vendrá la familia Ferguson dije.

-Si eso entendí, pero ¿por qué?.

Sigo en shock, proceso la información y entonces antes de que hable, mamá dice.

-Sus padres se tienen que mudar de nuevo aca en Portland y como la empresa quiere que vengan lo mas ante posible no pudieron elegir una casa. Les ofrecí que se queden aquí, la casa es grande y estaran comodos.

Eso quiere decir que si vendran, también viene...

-Gabriel- carajo lo dije en voz alta.

-¿Qué pasa con el hija?.

-¿Él viene?.

-Obvio que sí.

Vendrá mi amigo, estoy que salto de alegría, no lo veo desde hace cinco años si mis cuentas no fallan. De chiquitos siempre fuimos muy unidos nos fuimos distanciando cuando ellos se mudaron a Canadá.

-Hija... Tini- me fui a mi mundo otra vez.

-¿Qué pasó?.

-Te perdiste en tus pensamientos de nuevo.

-Lo siento ma.

-No pasa nada ahora lo que quiero es que me ayudes a limpiar las habitaciones de huéspedes y la tuya.

-¿La mia?- pregunto extrañada, para que quiere que limpiemos mi pieza.

-Como tu habitación es la mas grande, la compartirás con Gabriel.

-Oh... bueno esta bien.

-Así que manos a la obra.

Mientras empiezo a juntar mis cosas para que haya espacio, ideas empiezan a aparecer en mi cabeza, como estará Gabriel, será el mismo niño simpático que conocía o habrá cambiado y me preocupa si cambió porque será difícil que retomemos nuestra amistad, paso mucho tiempo. Me digo mentalmente que deje de pensar estupideces y me concentre en lo que tengo que hacer que es limpiar mi habitación.

-¿Dónde guardo todas estas cosas Mamá?- ella se asoma por la puerta.

-Te traeré unas cajas y pones todo ahí.

-Ok.

Para no aburrirme, coloco música y empieza a sonar, mi cuerpo se va moviendo a la par de la música pero me detengo cuando noto que mi hermana llego.

-No sabia que bailabas, Tina- mis mejillas se calientan, no me gusta que me descubran bailando, solo bailo sola- bailas bien.

-No bailo.

-Si tu lo dices.

-Si yo lo digo ahora ayudame a guardar estas cosas, te contó ya, ¿verdad?.

-Si ya me conto.

-Bien.

-Si sabes que Gabriel pudo a ver cambiado en todos estos años, ¿verdad?- me dice y quedo estática.

-No creo, yo sé que seguirá siendo la misma persona tierna y protectora que era- o al menos eso quiero creer.

-Ya veremos- yo solo asiento.

Seguimos juntando cosas y poniendo en cajas con nombres, si que tengo muchas cosas en mi habitación, para la noche ya esta todo terminado solo nos faltaría colocar la otra cama y todo listo.
Mi panza gruñe y solo quiere decir una cosa es que muero de hambre, así que voy a la cocina y miro que hay para comer, me decido hacer un sándwich y agarro jugo de naranja.

Probablemente ¿Amor? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora