Capítulo 4

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Martina

Hoy es el día que lo veré de nuevo, decir que estoy ansiosa es poco, intentare que se sienta cómodo en la casa espero y todo salga bien.
Estoy sentada en una de las sillas del aérea de espera, llegamos hace una hora mas o menos.

-¿A que hora llegan?- le pregunto a mamá ya que revisa su celular cada cierto tiempo.

-Me dijieron que me avisarían cuando estén por bajar del avión así iríamos donde bajan ellos, estas ansiosa por verlo hija.

-Si mucho, el siempre estuvo conmigo protegiéndome en el jardín y los primeros años de la primaria.

-Eran demasiado unidos todo el tiempo estaba juntos- suspiro, eran momentos felices digo en mi mente.

Suena el teléfono.

-Hola Emilia... si ya estamos aquí- sonríe- en el aérea de espera, te esperamos.

-¿Ya bajaron?

-Si, ya vendrán hasta acá.

-¡Emma!

No se si pasan minutos o segundos cuando doy vuelta mi cabeza para observar quien llamo a mi mamá.
Ella se levanta lo mas rápido y se dirige a la señora un poco mas baja, cuando está cerca la abraza, yo me mantengo a un costado.

-Tanto tiempo amiga.

-Muchísimo- dice, mira donde estoy yo parada y me observa- ¡Oh Dios! que grande estás.

Solo sonrió y la abrazo.

-Arturo, ¿cómo estás?.

-Bien un poco agotado por el viaje nomas.

-Martina- esa voz.

-Gabriel.

No aguanto mas me lanzo a sus brazos, el se tensa por unos segundos o minutos quizás pero después sus manos van a mi cintura y mi cabeza se esconde en su cuello.
Si que creció solo le llego por su pecho, tengo que hacer puntitas de pie para poder estar en su cuello. Seguimos así hasta que su padre carraspea y nos separamos.

-Veo que se extrañaron.

-Sí- contesta el.

-Ya vámonos, así pueden descansar.

Subimos al auto y durante todo el camino vamos en silencio.
Ayudo a bajar las maletas, según escuche todo lo demas vendrá en un par de días.

-Tina enséñale donde dormirá Gabriel.

-Acompañame- le digo, vamos por el pasillo en silencio, decido hablar- dormiremos en la misma habitación, espero que no te incomode.

-¿En serio?- noto una pizca de enojo en su mirada.

-Si, la otra es donde se quedarán tus padres y las que sobran son de mi mamá y hermana, espero que no te molestes.

-No veo forma de resolverlo así que tendré que conformarme.

Acomoda toda su ropa en el lugar que le aparte y yo me dedico a observarlo. Cambió mucho en este tiempo ahora es mucho mas alto, su cuerpo esta bien formado, los años si que le ayudaron.

-Martina- dice me sonrojo ya que noto que lo estaba viendo- tu mamá nos llama.

-Ok.

Están todos sentados en el sillón comiendo galletas y tomando café, me siento en una de las sillas disponibles y el hace lo mismo.

-¿Para que nos llamaron?- dice irritado- quiero ir a recostarme me duele la cabeza.

-Solo le diremos algo y ya te podrás ir, hijo- contesta Arturo.

Probablemente ¿Amor? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora