||CAPÍTULO 15||

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Sapote

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Y no estaba...

Por un momento simplemente dejé de estar.

Los que no están, no son, y si no están ni son, no piensan... Ni siquiera en vacío en medio de su ausencia. Según mi perspectiva, sólo abrí los ojos sin recordar cuándo los cerré y volví a estar.

Luz...

Blanca e incandescente luz; bastante cegador e incómodo como para ser el cielo. ¿Podría alguien apagar las putas luces del cielo? Acabo de llegar, ¿Y así me reciben? ¿Con luz celestialmente incómoda en mi cara? Creo que tenemos el mismo servicio en la tierra por las mañanas; «Me hubieras dejado allá, Dios. Allá al menos tenemos cortinas».

—¡Está despertando! —escuché a mi madre decir.

¿Mamá? ¿A ti también te mataron?

—Enana, estoy aquí... Todo va a estar bien.

¿Nick? ¡Pero qué carajos, Dios! Pero si me mataste al Nick también. Sólo espero que no hayas matado al puto de Eaxer también, porque el colmo; a ese lo mandas con el Luci, porque aquí no lo quiero, ya no hay espacio para otro pendejo más en tu cielo, te lo aseguro... Además, seguro hasta te cae mal tu propia creación de lo intensa que es y te arrepientes. En ese caso, le haces la resurrección y lo mandas otra vez para su rancho.

Parpadeo un par de veces para poder enfocar mi borrosa visión y adaptarme a la luz del cielo y encontrarme con un Nick, al parecer feliz de verme, porque no para de sonreír el muy idiota. ¿Por que tiene que ser tan jodidamente atractivo?

Puto Nick.

Puta sonrisa perfecta.

Puto olor a mierda de hospital.

—¿Por que el cielo huele a hospital? —pregunto recorriendo el lugar con mis ojos— Nick... ¿Por que el cielo luce como un cuarto de hospital?

Nick ríe.

—No estás muerta, Alex. Estás en el hospital.

—¿Awatafaka? —murmuré viéndolo raro.

—Dos ladrones te asaltaron camino a casa y te dispararon porque no querías darles tu teléfono, hija —dijo mi madre en forma de contestación a mi pregunta.

Yo bufé.

—También quiero de lo que fumaste, mamá.—murmuro sin fuerzas— Estábamos en una misión... y yo...

—Es parte de los analgésicos —dijo mi madre interrumpiéndome— la hacen delirar. Dirá un par de cosas raras y sin sentido por un par de horas hasta que se le pase el efecto.

Nick

—No estoy deliraAando, mamá... yo soy una espía, soy una espia muUuUuy secreta —dijo Alex arrastrando las palabras con los ojos entrecerrados— ¿Puedes creerlo, Nick? Les pateé el trasero a esos putos; ¡Y muy duro! Hicieron ¡Pam! y yo ¡Shum! y les di una madriza. —Alex se exalta y me mira con una expresión muy graciosa en su cara— Mierda... pero no le digas a mi mamá —voltea hacia un lado y observa a la señora Piterson—. Mamá, no le digas a mi mamá... es que se supone que ella no debe saber que soy una espía ultra mega y super secreta.

No pude evitar reír por todas las cosas que ella decía... al menos su madre pensaba que todo era parte de la anestesia... y en parte, porque dudo mucho que Sportacus haya estado en aquel bote, en compañía de barney y... ¿Tyrone?. ¿No es ese el alce de los Backyardigans?

Espía Adolescente©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora