||CAPÍTULO 1||

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Si me buscas, me encuentras

Atentamente: Piter* Pan

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9 Horas antes...

Leí en un viejo artículo de una revista que estaba en el consultorio de mi dentista, que la positividad lo es todo. Que todo lo que digas en voz alta es una declaración con poder; sea bueno o malo. «Pues, deseo que a la perra de Hillary se le desinflen las prótesis en plena clase de gimnasia». Y que si caes de culo, cínicamente te levantas y le sonríes a la puta vida. Bueno, no decía eso con exactitud, pero era una mierda similar.

—Luces bien, tienes... ¿lindos ojos? —ruedo los ojos ante mi estupidez—. ¡Arghs! «Sólo mueve tu trasero de tabla y sal del baño». Pienso.

Nunca funciona, pero al menos lo intento, ¿no?

Esta soy yo; Alex Piterson. Hablando con el espejo, y peleando con mi versión pesimista. En este momento debería de estar tomando el autobús, pero seguramente ya me dejó.

Odio levantarme temprano.

No me culpen. Posiblemente no tengo más de de 27 amigos en Facebook, contando a mi escasa familia; aunque no toda, ya que las perras de mis primas ni siquiera me han aceptado la solicitud. Pero... compartir memes en Facebook es una adicción. Sin importar que nadie los vea, siempre te esmeras en compartir los mejores. Dices: «Este es el último, lo prometo». Pero todos sabemos que es mentira.

El último, luego de 200.000 más.

—¡Hola y adiós, mamá! —dejo un rápido y corto beso en su mejilla, y tomo dos panqueques de la mesa, para luego salir corriendo.

—¡Adiós, hija! Pórtate bien, no golpees a nadie. —la escucho decir a lo lejos.

«Lo siento, mamá. Pero no prometo nada».

Salgo corriendo hacia la parada de autobús. En el camino, enrollo los panqueques como si fueran un burrito, y los devoro sin piedad.

Estaba apunto de llegar al autobús; aún faltaban dos personas por subir.

Sí llego, sí llego, claro que lle... No, no llegué.

No me jodas, tendré que ir con el madafaka de Fernando. Y no, no es una persona o un Playboy al que detesto y del cual me enamoraré al final, significa que tendré que ir caminando como estúpida.

Coloco mis audífonos baratos con cable en mis oídos, y comienzo a caminar, tratando de evitar los charcos de agua putrefacta que se encuentran en todo el camino, mientras tarareo la canción Soap de Melanie Martinez. Estaba completamente feliz, ignorando el hecho de que pronto llegaría a mi infierno personal diario, hasta que de pronto, la realidad me golpeó como balde de agua fría en la cara. Literal. Siento como en un abrir y cerrar de ojos me empapan por completo en agua. Sí, y de la putrefacta. «Gracias, vida» ¿No pudo haber sido un poco de Minalba de manantial?

Inmediatamente miro en ambas direcciones, y lo veo.

Es como si todo pasara en cámara lenta. El idiota de Eaxer Harris pasa a toda velocidad en su reluciente auto deportivo negro, ocasionando que quede completamente empapada en agua podrida.

—¡¡Idiota!! —exclamo furiosa, pero ya estaba muy lejos como para escucharme.

Ese pendejo me las va a pagar algún día...

Espía Adolescente©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora