14. La Promesa de Achlys

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Escuché una voz lejana que decía mi nombre. Sentí como me sacudían sin piedad alguna y hasta me echaron agua fría en el rostro, pero aún así apenas era capaz de abrir los ojos, lo único que lograba era ver una fina línea de luz.

-¿Demetrius? -dijo la voz de una mujer.

Intenté moverme pero algo en mi cuerpo me lo impedía.

-¡Demetrius! ¡Despierta! -una cachetada- ¡Vamos, responde, malnacido! -otro golpe.

Finalmente abrí los ojos y tomé una gran bocanada de aire.

-¡Reacciona joder! -Rebecca me lanzó otro vaso de agua helada.

Sacudí la cabeza y me levanté desorientado del suelo. ¿Por qué carajos estaba en el suelo de la cocina? Y más importante aún, ¿qué hora era?

-¡¿Qué demonios te pasó?! -preguntó la rubia sin esperar un segundo más.

-¿Qué hora es? -pregunté.

-Dime qué rayos te pasó, Demetrius. ¡Por Dios, estabas inconsciente en el suelo de tu propia cocina!

-¡¿Qué hora es?! -pregunté de nuevo.

-¡Las cinco de la madrugada! -aún no era tarde- ¡Ahora dime qué diablos te pasó! -exigió.

-No sé qué pasó. -dije mientras frotaba mi frente frustrado.

¿Cómo no podía recordar por qué estaba en el suelo de la cocina? Lo pensé por un par de segundos hasta que di con la explicación lógica.

Me habían borrado la memoria.

-Demonios... -dije.

-¿Qué?

-Me borraron la memoria.

-¿Por qué alguien haría eso? Además, ¿no se supone que nadie puede entrar en tu mente?

-Hay alguien que pudo hacerlo con mucha facilidad recientemente...

-Vanessa... -dedujo ella y yo asentí- ¿Tienes idea de por qué lo hizo? ¿de cómo entró?

-No es tan difícil entrar a la casa, no está hechizada ni nada por el estilo, pero supongo que Cronos debe estar enseñándole nuevos trucos. -asumí- ¿Dónde está Megan? Debemos irnos.

-No sabíamos qué hacer así que fue a buscar ayuda. -susurró mientras pasaba una mano por su cabello dejándome saber que estaba nerviosa.

-¡¿Ayuda?! ¡¿de quíen?! -pregunté alarmado. Si había ido con las Moiras estábamos jodidos.

-¡De su madre! Megan dijo que nunca te había visto en ese estado y tenía miedo...

-Carajo... -Lilith podría decirles a las hermanas y era un lujo que no me podía permitir- Debemos irnos.

-Acabas de reaccionar, pedazo de... -ni siquiera terminó el insulto- ¿no crees que la chica Moira puede esperar? -preguntó ella.

-Rebecca, tienes dos opciones: vienes conmigo o esperas por ellas. ¿Qué vas a hacer? -no estaba dispuesto a perder más tiempo.

Ella me vio indecisa mientras decidía qué hacer.

-¿Qué pasará con el recuerdo de Vanessa?

-Lo resolvermos luego.

-¿Seguro de que estás bien? -insistió.

-¿Te estás preocupando por mi? -dije sabiendo que de ese modo me daría una respuesta más rápida.

-Vámonos.

De inmediato creé un portal pero la puerta de la entrada se abrió dejándonos ver a Megan tras ella.

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