15. Nuevos Reclutas

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Vanessa

Habían pasado tres días desde que había hablado con Demetrius, desde que había robado información de mi mente. Estábamos en desventaja y aún no encontrábamos la hoz. A decir verdad, los demonios aún no la encontraban. Yo podría saberlo en cuanto quisiera, sin embargo, prefería mantener esa información fuera de mi mente ya que no sabía qué tan confiables eran mis muros mentales contra los titanes.

Me encontraba caminando a través de las filas de los demonios que habíamos reunido hasta ahora cuando uno de ellos me atravesó, por error, con un cuchillo. Se suponía que entrenaban entre ellos pero hasta ahora no eran más que inútiles. No eran buenos luchadores. Solo tenían una pinta asquerosa, en su mayoría. El resto tenían caras de ángeles preciosas pero solo gozaban matando almas inocentes, presas fáciles, cosa que no me servía en lo más mínimo.

Tomé el cuchillo enterrado en mi piel y lo extraje para luego ofrecérselo al demonio, el cual vaciló en tomar el cuchillo pero finalmente se decidió a tomarlo. Entonces lo acerqué a mi y se lo clavé de forma que rozara su corazón.

-Que no se repita. De lo contrario, una daga acabará en tu corazón y me aseguraré de que mueras ahogándote en tu propia sangre, ¿entendido? -dije en tono amenazante.

El demonio enseguida asintió resistiendo las ganas de toser y lo solté al tiempo que sacaba la hoja de su cuerpo para entregársela en sus manos.

-Creo que así no va a generar ninguna clase de vínculo con los soldados, señorita. -dijo la voz de un hombre que reconocí. Me di la vuelta y vislumbré a Hiperión bajo la luz del escaso rayo de sol que aún llegaba al lugar debido a la fría noche que había caído sobre nosotros.

-No creo que sea necesario establecer algún tipo de relación con ellos, Hiperión.

-¿Quieres que ellos te sigan, cierto? -preguntó refiriéndose a los demonios.

-Quiero que peleen en la guerra que se aproxima.

-Entonces necesitas que te sigan. -concluyó- Intimidarlos es una buena opción, y muy efectiva, a decir verdad, pero motivarlos a que te sigan por cuenta propia es aún mejor. -explicó- Mira, ellos están a las órdenes de Hades y Lucifer y si ellos quieren que te ataquen, no creo que duden en obedecerles. Así que si quieres que te obedezcan a ti, debes motivarlos.

-¿Y qué propones que haga? -pregunté curiosa.

-Dales una buena razón para luchar por ti. ¿Crees que son una basura porque no saben pelear, cierto?

-¿Cómo lo sabes?

-No es difícil saber que no tienen idea de cómo pelear cuando lo hacen de esa manera. -dijo mientras señalaba a un par de demonios tratando de luchar entre sí pero no lograban más que darse ligeros golpes- Y estoy seguro de que piensas lo mismo debido a la forma despectiva en que los observas. -debía tener más cuidado con mis expresiones. No podía permitirme el lujo de que todos supieran lo que pensaba- Así que te propongo algo: enséñales a pelear tú misma. Si ven que eres fuerte y que tienes interés en tu causa, te seguirán sin pensarlo mucho. Al fin y al cabo, no son más que demonios. Pero si ven que solo das vueltas por allí mientras los supervisas, solo se pondrán nerviosos ante tu mera presencia.

-¿Así que crees que es mejor haga que me admiren en vez de que me teman? -dije alzando una ceja.

-Correcto, Leah. Es mucho más efectivo y pelearán por ti aunque sepan que muchos de ellos van a morir. -sus palabras tenían sentido. Sin embargo, tenía que desarrollar una estrategia para que quisieran seguirme- Dales una razón para que te sigan. No es muy difícil. -dijo casi como si leyera mi mente.

Deidades en Guerra ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora