24. No Vuelvas Sin Respuestas

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Derek y yo regresamos cautelosamente al Olimpo con ayuda de un portal que creé desde el Prynston hacia los pasadizos menos utilizados en el castillo. Sin embargo, nos encontramos con una sorpresa y un comité de bienvenida.

-Demetrius, ¿algo que quieras compartir? -dijo la voz de la mujer frente a nosotros.

-¿Quién es? -me preguntó Derek.

-La verdad, no. -le respondí a ella- ¿Algo que quieras decir respecto a ello, Anfítrite?

-Demetrius, debes decirnos lo que averiguaste. Es la única forma en que podamos confiar en ti. -dijo Tritón.

-No necesito que confíen en mi.

-¿Y qué hay de mi? -salió la chica de detrás de los guardias- ¿No te importa que desconfíe de ti?

-Alexa...

-Responde, Demetrius. -pidió, dura.

-Hablaremos en privado. -respondí y ella aceptó con un asentimiento de cabeza.

-¿Qué averiguaste? -exigió saber Eryx.

-No te incumbe. -espeté.

De pronto llegó Poseidón a la escena. Por desgracia, algo me decía que se avecinaban más preguntas.

-Demetrius, ¿podrías venir conmigo, por favor?

Me sorprendió la calma con la que habló, pero aún así fui con él.

-Ven. -le dije a Derek.

-¿Seguro?

-¿Prefieres quedarte aquí? -pregunté con ironía.

-Voy con ustedes. -dijo de inmediato.

-Bien. Te seguimos. -le dije a Poseidón.

Los guardias se hicieron a un lado creando dos líneas paralelas, las cuales atravesé mientras observaba con recelo a quienes pretendían sacarme información. En cuanto dejamos atrás el alboroto, Poseidón nos guió s través de los pasadizos al salón de las armas.

-¿Aquí es seguro? -le pregunté.

-Ningún lugar es seguro, bombón. -me guiñó un ojo.

-Rebecca. -suspiré y el hombre rubio cambió su apariencia hasta ser una chica de mediana estatura pero que era suficiente para sacarme de mis casillas.

-Hola, bombón. -saludó ella.

-¿Por qué te hiciste pasar por Poseidón?

-Em. -dijo desconcertada- Hola, Rebecca, gracias por sacarme de ahí a tiempo sin derramar una gota de sangre. -imitó mi voz- De nada, bombón, fue un placer. -simuló la conversación que según ella debimos tener.

-Gracias, Rebecca. -dije- Ahora dime por qué tomaste la forma de Poseidón y cómo lo hiciste.

-La verdad, creo que viene en el paquete premium de ser ángel.

-Se supone que los ángeles no cambian de forma, no de la manera en que tú lo hiciste. -le informé.

-Tal vez soy edición limitada. -dijo divertida.

-Rebecca, esto no es un juego. No es normal que un ángel pueda hacer eso.

-¿Qué tal si le preguntamos a Alma? Ella debe saber por qué pude hacerlo.

-No es mala idea. -acotó Derek.

-Bien, llámala. No podemos arriesgarnos a decírselo en una carta. Ahora dime por qué te hiciste pasar por Poseidón.

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