Capítulo 15

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Después de Kayla dejara el Infierno ya era tarde. Estaba frente a su casa. Le mandó un mensaje a su padre diciendo que estaría en el parque del centro de la ciudad, y él aceptó. Era cierto que había estado casi todo el día fuera, pero su padre no estaba en casa y no encontraría nada que hacer allí.

Comenzó a caminar con dirección al parque mientras pensaba en lo que había ocurrido el viernes y el sábado en la madrugada. Habían sido muchas cosas en tan poco tiempo. Recordó el cuerpo de Damian tirado, moribundo. Sacudió su cabeza lentamente intentando dejar de pensar en eso, pero no podía. El demonio se había hecho tan importante para ella hasta el punto de ser pareja, por así decirlo, porque lo amaba más que nada. Todo de él la enloquecía. Cada vez que veía esos ojos negros con aquellas iris rojas quería observarlos por la eternidad.

La escena previamente imaginada se esfumó y en su mente se planteó una nueva pregunta: ¿Damian y ella eran algo? No lo sabía. Claro, se habían besado en varias ocasiones y también se habían dicho que se amaban, pero no eran una pareja como tal. Aparte estaba Zill, aún seguían siendo algo, y no quería verlo sufrir, y tampoco quería engañarlo. Ella no era ese tipo de persona. Y terminaría todo hoy. Estaba nerviosa pero debía hacerlo, por el bien de Zill y de ella.

Justo antes de que ella marcara, Zill le marcó a ella.

—Hola Zill —saludó ella. Casi estaba temblando.

—Nena, ¿cómo estás? Sólo quería llamarte para ver cómo estabas ya que el día de la fiesta no volviste y no me mandaste mensaje como siempre haces —.

—Estoy bien, no te preocupes. —respondió ella, y tomó un ligero respiro— Zill, necesito que nos veamos en la cafetería cerca de la academia, el Foxy Café, necesitamos hablar, ¿puedes ahora?

—Claro que puedo ahora, pero, ¿está todo bien Kay? Suenas preocupada —.

—Sí, todo está bien, sólo veme ahí, adiós Zill —respondió y después colgó. Cuando guardó el celular en su bolso, notó que no le había dicho "te amo" al final de la llamada, como usualmente lo hacía, y sabía que desde ese momento el híbrido ya se estaría preocupando por eso. Pero no era justo ya decirlo porque estaría mintiendo. Caminó hacia la cafetería pues aún le quedaba un poco lejos, mientras pensaba en lo que iba a decir.

Aunque ya no sintiera lo mismo por Zill, ella le seguía teniendo un gran aprecio y cariño. Era un gran chico pero simplemente ya no era lo mismo. Se habían comenzado a distanciar, y la comunicación era distinta. Kayla lo empezó a notar desde que ella se hizo amiga de Damian. No era porque ella le pusiera más atención al demonio que al chimera, pues siempre procuraba pasar más tiempo con Zill para que este no se sintiera excluido o algo parecido, pero aún así, ya no se sentía a gusto. Y Zill parecía que se estaba haciendo más cercano con otra chica de la academia, y esto Kayla lo empezaba a notar pero siempre era un constante "No te preocupes, confía en mí" por parte de su novio.

Antes de que lo notara, ya tenía las puertas de la cafetería en frente suya, así que entró, tomó asiento en una mesa cerca del gran ventanal que había en el establecimiento y pidió un café. Podía ver los carros pasar y el viento soplar. Era la temporada de frío pues el Invierno ya casi estaba llegando, y se mostraba claramente en el ambiente.

Después de unos minutos el chimera llegó y tomó asiento frente a Kayla. Ella sólo se puso nerviosa. No sabía que diría, pero tenía que ser sincera con Zill.

—Amor, ¿está todo bien? Ese "necesitamos hablar" sonó muy extraño así que me preocupé —.

—Sí, todo bien Zill, es sólo que necesitamos hablar de nuestra... relación —finalizó la oración con una leve mueca. Sentía que iba a desmayarse en cualquier momento. El chimera sólo asintió. Él sabía que algo andaba mal, pero en el momento en el que mencionó la relación, su preocupación aumentó. Zill sólo ladeó la cabeza—Es sólo que, ya no se siente igual.

—¿A qué te refieres? —.

—Zill, hemos estado juntos desde muy jóvenes, jamás hemos visto a más gente y simplemente nos hemos distanciado. Es ridículo el pensar que estaríamos juntos para siempre cuando ni siquiera nos dimos la oportunidad de conocer a más personas, y yo... yo conocí a alguien.

La mirada de Zill decayó un poco. Kayla... ella, ella ya había encontrado a alguien más. La chica que ama conoció a alguien más y dejó de sentir lo mismo por él. Era... horrible. Siempre había imaginado su vida al lado de Kayla, pero ahora ya no había nada. No quería hacer conclusiones apresuradas. Aún tenía una pequeña esperanza.

—Quieres decir que... —.

—Que conocí a alguien Zill... perdón —esto último la joven lo mencionó con un tono triste, pues la cara de Zill había dado un gran cambio a como estaba antes. Pero se había prometido el ser sincera con él, si el chimera tuviera alguna pregunta, ella tendría que contestarle.

—Pero... Kayla, ¿por qué? —habló él. Las lágrimas se querían hacer presentes, pero las reprimió. No iba a llorar, o simplemente no quería llorar.

—Perdón Zill, intenté no enamorarme de esta persona pero simplemente contigo ya no sentía lo mismo, con él sí. Él me escucha y me aconseja, tú apenas me hablas y me dices algo. Con él encontré otra cosa que contigo no —.

—Pero Kay, podemos arreglarlo, sabes que- —comenzó a decir con desesperación intentando salvar algo que ya estaba muerto.

—No Zill, no podemos, porque esto ya no es igual, ya no es lo mismo —respondió ella interrumpiéndolo. No quería que el híbrido se hiciera falsas esperanzas. La mesa quedó en silencio. Después de uno o dos minutos, Zill retomó la palabra.

—¿Quién es? —dijo Zill, y aunque no quisiera sentir aquella emoción negativa lo hacía. Sentía ira. La chica que amaba con todo su corazón le había sido quitada de su lado y por alguien más. Aún así logró ocultar su cólera.

—Es... Damian —contestó ella. Luego observó bien al chimera y vio unos ojos de decepción. Le dolía verle así, pero era la verdad y no podía seguir ocultándosela a Zillion. No era justo para ninguno de los dos.

—¿¡El maldito demonio!? ¿¡Es enserio!? — preguntó alzando la voz. Explotó. Afortunadamente la cafetería estaba vacía y los únicos que podrían escucharlos eran los empleados, pero ellos estaban detrás del lugar— Al menos pensé que tendrías mejor gusto Kay.

—¡No es un maldito demonio, es el demonio más divertido, lindo, comprensible y amigable que existe, y tú estás siendo un imbécil comportándote así! —contestó de igual manera que Zill. No iba a permitir que nadie insultara a Damian de ninguna manera, ella se lo había prometido a si misma y al chacal también.

—¡Vamos Kayla, sólo acéptalo, Damian sólo te da lástima, no sientes amor por él, sólo lo crees para que él no se sienta solo, y su triste vida no sea un pozo sin final! —.

—No Zill, sí siento amor por Damian. En verdad lo amo, porque el me enseñó que hay más en el mundo, el me aconsejó en todo momento, me acompañó, me entendió y me comprendió. Me hizo sentir especial... lo cual hace tiempo que no lo sentía... —.

El híbrido terminó de escuchar a Kayla, y se levantó de su asiento con dirección a la salida. No quería seguir escuchándola, él sólo quería llorar.La canguro no hizo nada. Cuando tocó la puerta de salida, sólo la empujó y se retiró. Estaba enojado, triste, decepcionado de si mismo. Ahora sentía una gran ira contra el demonio. Estaba dispuesto a hacerlo sufrir.

Y tenía ideas perfectas para esto.

Damian (Zoophobia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora