Cercanía Lejana

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- Vamos Asta, caminas muy lento a comparación de la energía que me demostraste - 

- Lo siento...pero es que la ciudad es muy impresionante -

- ¿En serio?...para mi es algo de lo mas normal -

Así ambos iban caminando y la pelirroja presentaba algunos de los lugares de la ciudad, ligares como tiendas y negocios...nada impresionante, hasta que llegaron a un pequeño tablero que se encontraba en una de las paredes de las amplias calles.

Este cartel llamó genuinamente la atención del cenizo quien intrigado decidió preguntar a Rebecca que por el contrario no se había ni preocupado en explicarlo.

Rebecca...¿Qué es esto? - [apuntando al tablero]

- Oh...eso, básicamente ese tablero funciona para que las personas hagan solicitudes de apoyo para los caballeros mágicos -

- ¡Eso sin duda es genial, deben de ser grandiosas personas! - 

Pero Rebecca no parecía secundar la esplendorosa actitud del chico.

- Este...bueno, como decirlo...pero la verdad nunca atienden estas solicitudes de hecho la mayoría de ellas tienen mucho tiempo -

- Pero...pero los caballeros mágicos deberían atenderlas...después de todo sirven al reino y su gente ¿no? -

- Se supone  que debería ser así...pero no, nosotros los plebeyos y clase media no solemos ser una prioridad...pero aún así la gente parece ser feliz, y creo que los entiendo no es algo que podamos cambiar -

Asta se quedo un tanto decepcionado de conocer la realidad, Rebecca noto eso y trato de animarlo.

- Olvida eso, no te quedes ahí parado ¡sigamos con el recorrido! - [extendiendo su mano para que su acompañante la tomara]

La chica le estaba regalando una de sus mejores sonrisas y el cenizo no podía ignorar esos ánimos por lo que tomo su mano y asintió devolviéndole otra sonrisa.

Siguieron caminando un buen rato por la ciudad hasta que llegaron a otra localización que despertó la curiosidad de nuestro protagonista.

- ¡Oye Rebecca!, ¿Qué es ese lugar? -

- Eso es las prisión local...ya sabes ahí es adonde llevan a los que causan problemas menores, pero aquellos que cometen delitos muy graves son trasladados a la capital - 

- Ya veo...como sea sigamos quiero que me enseñes mas la ciudad -

- Pero cuanta energía pero ya no hay mucho que mostrarte, además ya esta anocheciendo lo mejor será ir a casa -

- Entonces ¿entonces puedo dormir contigo? -

- Si puedes dormir en mi casa...es lo menos que puedo hacer - 

La chica volvió a extender su mano para caminar juntos de vuelta, y la realidad es que bajo la luz de la luna parecían una feliz pareja.

Ambos llegaron a la humilde casa y Asta volvió a dormir en la sala principal o eso es lo que se suponía que debía de estar haciendo pero en realidad el había salido a dar otra vuelta por los bosques cercanos.

Caminaba hasta que decidió subir a las ramas de un gran árbol para descansar y disfrutar del paisaje.

Estaba recargado en el tronco con su mente divagando mientras sostenía el libro que su amiga le había entregado y solo por curiosidad decidió abrirlo pero no entendió absolutamente nada de lo que estaba escrito.

El maldito sin magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora