Battered › jjk

5. ♧Cinturón♧

|Shin SoHa|

—Ay~dios...

Exclamé con pánico al ver como mí esposo después de una patada atroz, derrumbó la puerta de la habitación e ingreso con su ceño más fruncido.

Su respiración estaba agitada. Sudaba y una de sus manos las tenía recargadas sobre la correa negra echa de cuero que le sujetaba el pantalón.

—Te dije, que iba acabar contigo —me recordó una vez más. Rendida ante él me dejé caer sobre el suelo de rodillas.

—Perdón —dije sin parar de llorar —Por favor perdoname, te prometo que ya no lo volveré hacer.... Pero por lo que más quieras, no me hagas daño —me humille de la peor manera. Jeon permanecía estático, no dejando de lado esa expresión que solo me prologaba un miedo terrible.

—Intentaste matarme —apretó sus dientes.

—Ya no lo volveré a hacer nunca más. Pero...

—¡Oh claro que ya no lo volverás hacer! —de un jalón se zafó su cinturón al rededor de su cintura. Mas temblé al darme cuenta de que mis súplicas no servirían de nada —Por supuesto que no lo volverás hacer y ¿Sabés porqué? —empezó a acercarse a mí lentamente.

—No~ por favor —pedí teniendo el presentimiento de que este monstruo me mataría.

—Porque te daré una lección.

—No~

—Si~

—No~ te lo suplico~ no...

—¡Que sí! ¡Que sí! —inesperadamente me agarró del cabello duramente sintiendo dolor en esa parte al instante. Sentí su aire salvaje cerca de mi rostro. Cerré mis ojos y apreté mis dientes, mi llanto era más desesperado ¿Porqué siendo esta mansión tan inmensa nadie viene a ayudarme? ¿De verdad merezco tanto sufrimiento?

—Por...fa...vor...—seguí llorando.

—Nadie me ve la cara —me empujó. Mis codos chocaron contra el suelo y mi cabello liso se me soltó —¡¡Debes de aprender que a mi se me respeta!! —gritó eufórico. Lloré más fuerte cuándo sentí sobre mi espalda el primer correazo —¡¡Se me obedece!! —me dio el segundo —¡¡¡Y se me trata como el rey que soy!!!

—¡Ay!...no~ mas... No me pegues...

Me arrinconé contra el suelo. Perdí la cuenta de cuantos azotes me dio con su cinturón por todo mí cuerpo. La carne me ardía como la muerte, todo me dolía. El rubio detuvo sus ataques contra mí, respiraba exhausto. Al parecer ya se le había bajado la sangre que se le subió a la cabeza.

Seguí llorando a un lado de la cama. En la misma posición en que esta bestia empezó a golpearme salvajemente.

—Yo no quería golpearte así —tiró el cinturón encima del colchón de la cama —Pero es que tú me hiciste enojar demasiado, y cuándo yo me enojo, me vuelvo muy loco —más calmado se acercó a mí y se agachó a mí altura —SoHa —intentó tocarme pero mi instinto fue irme gateando rápidamente para huir de él.

—Aléjate de mí —pedí con los ojos hinchados de tanto llorar —Tú eres un monstruo.

El rubio no contestó nada. Hubo varios segundos de silencio entre los dos, mis sollozos chocaban como ecos entre las paredes de la habitación y él sólo soltó un suspiro para luego caminar hacia la salida.