27. ♧Recuerdame♧

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|Tres días después|

Deseaba sentir unos brazos calurosos que me envolvieran en medio de su fuerza y calidez para empezar esta destellante mañana. Hacía tres días mí cuerpo me venía reclamando las atenciones que de seguro se descuidaron, no sabía si antes de tener aquel accidente YeonJun me tenia muy mal acostumbrada que ahora me antojaba de varias cosas.

Un abrazo en la mañana, mordiditas en mí cuerpo, caricias leves, susurros y sexo en cualquier momento. Si lo más profundo de mí interior ansiaba tanta de esas cosas, ¿Entonces por qué YeonJun no me las brindaba?.

Sólo había tres explicaciones a mí dudas confusas.

Primera. Mí novio me descuidó a partir de que perdí la memoria.

Segunda. No era él la persona que me brindaba tantas atenciones.

Tercero. Solo era un estúpido capricho que en ningún momento nada de eso ocurrió.

Rondaba entre las siete de la mañana cuándo me levanté. Miré de reojo al peliazul que muy profundo dormía y roncaba, recogí mí cabello en una coleta y me fui a ver sí mi pequeña ya estaba despierta.

Al ingresar a su alcoba me fui directo a su cunita.

—Princesa, Omma ya esta a... —me quedé a media palabra al notar que mí bebita no estaba en su cuna. Un hilo de angustia se enredo en mi pecho por la sorpresa.

Histérica salí de su recámara y fue directamente a despertar a mi novio para que me ayudara a buscar a mi hija. Sabía perfectamente bien que a YeonJun no le gusta que lo despertaran cuando duerme hasta tarde, pero esto se trataba de una emergencia donde no se podía tomar el privilegio de esperar.

—¡YeonJun! YeonJun despierta —jalé de las sabanas para lograr que abriera sus ojos. Lo oí gruñir molesto y su acción fue girarse para el otro lado para seguir durmiendo.

Sentí que mi enojo llegó al límite. No podía ver mí expresión pero presentí que mí cara se tornó completamente roja.

—YEONJUN QUE DESPIERTES —exclamé con enojo jalando de las cobijas para así quitárselas.

—¿PERO QUÉ OCURRE CONTIGO? ¿POR QUÉ MIERDA ME DESPIERTAS DE ESA FORMA? —tiro una vez más de las sabanas para cubrirse.

—Nuestra hija está desaparecida, ayudame a buscarla —le ordené poniendo mis manos en jarras.

—Ese no es mí problema, dejame dormir —acomodó las almohadas.

—ES TÚ HIJA YEONJUN ¿COMO TE PUEDES PORTAR ASÍ CON NUESTRA BEBITA?

—ESA MOCOSA NO ME INTERESA —sentí que me clavó un puñal en todo mí corazón cuándo se expresó de esa manera —Ve y buscala tú, dejame en paz —lo vi arroparse otra vez.

Destrozada salí de la habitación. Las palabras frías de mí novio me hizo entender que él no quiere a nuestra pequeña, era tan evidente cuándo la miraba que sus ojos se clavan contra ella con fastidio, como si envés de ser nuestra bendición más bien parecía como su maldición.

Dejando de lado lo doloroso decidí enfocar toda mí atención en la búsqueda de mi JungSo. La mansión era enorme, deduje que alguna de las empleadas ingresó a la habitación cuándo YeonJun y yo dormíamos para tomarla y quien sabe que hacer con ella. Con apuro me conduje por los pasillos, una que otra empleada me tope en el camino así que sin miramientos les pregunté.

Todas negaron en haber tomado a mí hija. Más asustada presioné en la búsqueda, salí al jardín, la piscina y en cada rincón de la mansión, pero no estaba, ni siquiera los empleados que estaban por ese sector no me supieron ni dar aunque sea una pista. Con el rosario en la boca pensé en la única salvación que me quedaba, me fui hacía el despacho del rubio en donde seguro a esta hora de la mañana estaría.

Battered › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora