20. ♧La nena de Papi♧

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—¿Me dijo, amor?

Anonadado no estaba poniendo atención a lo que ocurría a mi alrededor. Arrugué mi entrecejo totalmente asombrado, mis pies chocaron contra el mueble que hacía rato estaba sentado y nuevamente caí doblegado contra el.

—No estoy mal, yo escuché perfectamente bien que SoHa me llamó «Mi amor» —murmuré aun más pensativo —Nunca nadie me había llamado así... Y ahora me siento como si... —no supe como explicarlo —Mierda ¿Qué siento yo?

Traté de encontrar las respuestas a mis dudas. Se oía una grabé discusión a la cuál mí estado de somnolencia no alcanzaba a procesar. No se en que momento Tom entró por esa puerta para tratar de apartar mi fiera y embarazada esposa que le quería arrancar todos pelos de la cabeza a la empleada.

|Flashback|

Necesito que me aclares una duda que me embarga —me senté junto a ella sobre el colchón —¿Cabe la posibilidad de que te llegues a enamorar de tú guapo esposito? —sonreí con arrogancia.

La chica me miró de tal manera que sí sus ojos tuvieran poder, yo ya estaría pulverizado.

—Nunca podría amar a alguien que detesto tanto.

|Fin del Flashback|

—Es muy ilógico, mí esposa me lo dejó muy claro ese día —entre más pensaba menos le encontraba forma a la situación —De seguro fue la tensión del momento, quizás ni se dio cuenta que lo dijo ¡¿Sentir amor por mí?! No lo creó. Ella me detesta.

—Señora por favor, trate de calmarse, sus alteraciones le podrían hacer mucho daño a la bebé —le advirtió Nayeon con preocupación.

—LO ÚNICO QUE QUIERO ES ARRANCARLE HASTA EL ÚLTIMO PELO A ESTA ZORRA QUITA-MARIDOS —mí esposa estaba realmente furiosa.

—Señor, ¿Qué hace ahí sentado tan tranquilo? Ayudenos por favor —la reacción de Tom era en aclamación. Mis pensamientos vagaron nuevamente, tenía cosas más importante en que pensar que estarme metiendo en asuntos de mujeres así me incluyan. Si ellas se querían arrancar sus greñas, era problema de ellas, no mío.

SoHa ya estaba demasiado grandesita como para saber que le conviene y que no. Después que no me ande culpando si algo le llegara a pasar a la nena por su descuido. Ella sabía muy bien cuál era su estado, no debería estar comportándose como adolescente arreglando todo a la brusca cuándo está embarazada.

—¡Saquenla de aquí! ¡Saquenla! —ordenó Nayeon ayudando a sentar a mi esposa en uno de los sillones de la sala mientras Tom sacaba arrastras a la degenerada mujer.

Llevé mi mirada hacia SoHa, se veía alterada, respiraba agitada. Nayeon la refrescaba brindándole aire con un abanico, una de las empleadas se ofreció en llevarle un poco de agua. Me coloqué en pie y me acerqué a ella.

—Dámelo —le arrebaté de sus manos el vaso de agua. Me senté junto a mí esposa y yo mismo me ofrecí en darle de beber —Tranquila SoHa, respira despacio —le recomendé. Con una sola mirada fue suficiente para hacerle entender a las demás empleadas que me dejaran sólo con ella.

Todos se retiraron sin objeción. Aún no me atrevía a hablarle, no sabía por que me temía que si le decía algo ella de pronto me gritaría. Más bien esperé a que ella diera el siguiente paso. La oí suspirar con más tranquilidad que enojo, se bebió medio vaso de agua y lo colocó encima de la mesa trasparente que estaba enfrente de nosotros.

Alcé mis cejas cuándo ella sin decir nada aún, me miró. Hubo otros segundos de silencio entre los dos que me ponía bajo presión.

—Ninguna flaca de poca carne me va a quitar a mi apuesto esposito —su dicho de nuevo me hizo sorprender. Sentí sus labios buscar los míos y aunque aún tenía una enorme duda que quería que me aclarara, más bien elegí por quedarme callado e ir investigándola poco a poco.

Battered › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora