18. ♧¿Infidelidad?♧

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Si antes estábamos mal, ahora estábamos peor. Desdé que le pedí el divorcio a mi esposo ya no volvimos a compartir misma habitación.

Habitaciones separadas, camas separadas. Era una verdadera tortura.

—No te preocupes mi amor, Omma te ama mucho y a pesar de todo, Appa también —limpié mis lágrimas con una mano, mientras con la otra libre la pasaba por mi vientre.

Hoy era el día libre de TaeHyung, así que no vería al chico en todo el día.

—¿Creés que estuvo mal en decirle a Appa que me quiero separar de él cuándo lo único que deseo es abrazarlo y besarlo con todas mis fuerzas? —dejé escapar otro llanto completamente arrepentida.

Dejando el orgullo y la rabia de lado pensé en ir a buscar a mi hombre, decirle que ya no quería seguir peleando con él, quería gritarle que lo necesito. Que necesito de sus labios, de sus caricias, de sus abrazos, de su calor, de sus atenciones, pero al verlo subirse al auto y luego emprender camino, ya mis planes fueron otros.

Esperé impaciente a que el chofer regresara. Se tardó si acaso una hora en regresar a la mansión.

—Tengo que saber con que flacucha me está engañando —murmuré bajando las escalinatas de la entrada mientras vi al hombre estacionarse.

Me acerqué. Abrí la puerta del auto e ingresé.

—Señora...

—Tom, llevame inmediatamente a donde siempre mí esposo te lo pide —ordené cerrando la puerta.

—Señora, ¿Está segura que quiere ir a ese lugar? Es que si la llevo el señor se enojará mucho conmigo.

—Es una orden, Tom, quiero que me lleves a ese lugar, no importa dónde sea —hablé seriamente. El hombre no tuvo más opción que acceder.

En cuánto llegamos. Tom me abrió la puerta, salí y detallé el lugar.

Mi ceño se frunció en sorpresa y confusión. ¿Acaso el chofer quiere engañarme?

—¿Que hacemos aquí? Te dije que me llevaras al lugar donde mi esposo nunca falta —puse mis manos en jarras. Mi mente no paraba de descartar la idea del harén o quizás se reunía con otra mujer en algún hotel de la ciudad.

—Ahm. Disculpe que la corrija señora, pero... Este es lugar donde siempre viene el señor Jeon y donde siempre vengo a recogerlo —me informó el hombre cruzándose de brazos.

—¿Estas seguro? —dudé en creerle.

—Señora, ¿Si usted no me creé, entonces porque no va usted misma y lo ve con sus propios ojos? —me invitó.

Sin más opción acepté la propuesta del chofer. Caminé con pasos firmes, mis elegantes calzados se llenaron de polvo por el inestable terreno llenó de suciedad.

Inevitablemente pasé saliva. Temí por que alguno de estos hombres visiblemente fuertes que se encontraban aquí reunidos con cara de pocos amigos, me hicieran algún tipo de daño con alguna herramienta que traían en mano al estar trabajando en construcción, pero lo raro fue que al verme llegar, todos se quedaron quietos.

Levanté mi mirada. Detallé la enorme casa que construían tan curiosa y hermosa. Parecía una mansión para princesas.

—Disculpe, usted no puede estar aquí, señorita —me salió al encuentro un hombre alto, con barba y estructura gruesa. Enarqué una ceja ¿Quién se cree este hombre para hablarme así?

—Estoy buscando a Jeon Jungkook —fue lo que contesté no dejándome intimidar por su mirada.

—El señor está ocupado, ¿Para que lo necesita? —se cruzó de brazos. Pestañé seguido, eso significaba que Tom no me mintió.

Battered › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora