28. ♧Nudillos♧

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|Al día siguiente|
|8:00 am|

—Estoy harto de esta mierda, cansado de ser el bueno y que se me pasen por encima como si fuera un pedazo de estiércol —apreté mí mandíbula —A la verga el Jeon Jungkook paciente y comprensivo, es hora de resolver esto de una maldita vez —apreté el volante con rabia contenida.

Mi ceño se remarcó. Al ver como el convertible naranja del YeonJun empezaba a salir del estacionamiento de mi mansión con lentitud, un calor abrazador recorrió todo mí rostro acrecentando mucho más mi ira. Dejando que se me escapara un suspiro evaporado presioné el acelerador de mí auto rojo con mi zapato. Sin cordura me lancé hacia él a toda velocidad, logrando un choque entre ambos autos. Sin detenerme arrastré el convertible del YeonJun unos cuantos quilómetros hasta hacerlo detener por un inmenso sauce.

La parte delantera, vidrios y un humo negro empezó a salir de su auto hasta que tosiendo lo vi salir del interior. También me bajé del mío y azoté la puerta, apretando mis nudillos con enojo empecé a acercarme a él con pasos pesados.

—¡Mí auto! —exclamó con asombro al ser yo el causante de aquél desastre. Sus manos se posaron sobre mi cabellera —ERES UN PSICÓPATA, MIRA COMO DEJASTE MÍ CONVERTIBLE DE MÁS DE SEISCIENTOS MILLONES DE WONS.

Mí respuesta hacia él fue un inesperado golpe en la cara que le reventó la nariz. Él peliazul retrocedió pasos, con su mano se limpio la sangre que emanó de su interior. Sus ojos se clavaron hacia mi con odio y enojo a la vez.

—Deja de comportarte como una vieja, vamos a resolver esto como los hombres o envés de testículos tienes vagina, puto —mascullé endureciendo mí quijada. El YeonJun compuso su postura y me señaló con su dedo tembloroso.

—Te vas arrepentir, de haberme provocado —se me fue encima con lo que sabía. Debía de admitir que este chico caribonito me dio de sus buenos derechazos. Ambos nos dimos duro no importandonos que tuviéramos a nuestro alcance para hacernos más daño. Mi mansión tenía un portón tan inmenso que ni siquiera habíamos alcanzado a salir afuera a la calle, mis empleados que estaban por ese sector corrieron para separarnos.

Con mi ceja reventada y enceguecido en ira estaba ahorcando al YeonJun contra la cajuela destrozada de su propio auto. Sentí varias manos posarse en mis hombros y cintura para apartarme de él. Lograron quitarme de encima del cretino.

—Señor! Señor, por favor tranquilicese —me pidieron los empleados. De la nada sentí un duro golpe en mí frente al mí enemigo lanzarme una llave de hierro gris. Caí de espaldas contra los jardines, oí los reclamos entre ecos, su baja jugada me había dejado aturdido.

Me ayudaron a poner en pie. Sacudí mi cabeza para desaparecer mi mareo y al momento en que mi tonteo pasaba, vi como él YeonJun se subió a su convertible naranja y emprendió camino fuera de mí mansión.

—Puto —limpiando la sangre que salía de mí cabeza avance con pasos ligeros hacia mí auto.

—Señor, no se valla, deje lo llevamos al hospital —no quise escuchar lo que me dijeron y luego de posicionarme al frente del volante, también me fui de allí.

|En la noche|
|7:00pm|
|Shin SoHa|

A primera hora pude darme cuenta que YeonJun y el rubio no estaban. Nayeon me puso al tanto que ambos habían salido desde muy temprano y ésta era la hora que aún no llegaban, muchos estaban alarmados por la pelea tan descabellada que tuvieron. No quise preocuparme por eso, los dos ya estaban demasiado gradesitos como para que todo lo solucionaran a golpes como si fueran bestias.

Battered › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora