The Tour » im nayeon.

28🌩

Corea del Sur, Seúl.                   

Desperté por unos besos suaves en mis mejillas, al abrir los ojos encontré a la j-line frente a mí.

—¿No es linda cuándo despierta? -preguntó Sana.

—Lo es -añadió Mina.

Sentí las mejillas arder ante sus insistentes miradas, me levante de mi lugar, al girar mi teléfono estaba ahí.

—¿En dónde está Nayeon? -cuestione confundida al no verla.

Se supone que dormimos juntas, realmente quería verla al despertar, anoche habíamos hablado lo suficiente para saber que debíamos estar juntas, dar fin a todo el problema que comenzó en Manila.

—Siempre estás con ella, pásala bien con tus japonesas preferidas -ánimo Momo.

Mina señaló su Nintendo, pasamos unos minutos en la carpa jugando con nuestras Nintendo, Sana que no sabía dominar muy bien el juego sólo nos animaba.

Nayeon apareció después, nos hizo señas de que saliéramos ya. Las japonesas salieron dejándonos a ambas dentro.

—¿Dormiste bien? -cuestionó.

Me pasó las primeras píldoras junto a una botella de agua, las bebí antes de responder.

—Dormí bien más no desperté del mismo modo, ¿en dónde estabas? -hablé con un mohín triste.

—Cierto, prepare el desayuno junto a Jihyo y Jeongyeon, deberíamos irnos, quizás Momo ya termino con todo.

Sonreí, salí de la carpa para después ayudarla a ella a hacerlo, con las manos entrelazadas caminamos al resto de chicas que yacían comiendo.

—¡Gracias por la espera! -gruñí.

Momo me regalo una sonrisa, sus mejillas estaban cubiertas del resto de su desayuno.

Tomamos asiento en la mesa, mi plato ya estaba servido por lo tanto me apresuré a devorarlo. Comíamos en tranquilidad, algunas conversaban entre sí más no teníamos un tema en especial.

—Nos iremos en un rato -avisó Jihyo.

—No quiero irme -se quejó Sana.

—Ni yo -protestó Chaeyoung.

El día de ayer había sido genial, era la primera vez que visitaba este lugar, también mi primera vez acampando, amé cada cosa que hicimos.

—Chicas, gracias por esto, realmente no tengo cómo agradecérselos, son las mejores -agradecí.

—Haríamos todo por ti -agregó Tzuyu.

Suspiré un poco pensando en lo que había dicho, ellas eran tan especial para mí, se habían vuelto personas muy importantes en un corto tiempo.

—Las amo mucho -me sinceré.

Mina que estaba a mi costado me abrazo cortamente, mis ojos picaron, me sentía muy feliz con ellas.