03🌩

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Corea del Sur, Seúl.             

La luz de la ventana golpeó mis ojos, intenté moverme buscando cubrir mi rostro un poco, anoche dormí muy cómodamente. Más que emocionada desperté esperando encontrar la tierna cara del conejito frente a mí, más no esperaba encontrarla peleando con las otras chicas.

—Ella duerme, déjenla -escuché a Nayeon.

—¿Por qué está en top?

—¿La desnudaste Im Nayeon?

—¡Yo quiero ver!

No reconocía las voces, se escuchaban muy lejanas, me levante a tropezones caminando hasta la puerta, Nayeon giró mirándome con una sonrisa.

—Justo iba a ir a verte.

—Estoy bien, hola chicas -salude.

Ellas parecían anonadas, me miraban fijamente, miré a Nayeon sin entender, señaló mi abdomen haciéndome sonrojar, había dormido sin camiseta.

La mayor cubrió mi abdomen con su cuerpo.

—Ella debe darse un baño y ustedes hacer el desayuno, ya saben algo nutriente - mandó Nayeon.

Todas se quejaron y dándose por vencidas desaparecieron del pasillo.

—El baño se asegura, ¿no? -cuestione.

Nayeon negó divertida.

—Una vez Chaeyoung quedó atrapada en uno, la única habitación que se asegura es la mía, la de Sana y también la de Tzuyu.

—¿Qué haré?

—Yo vigilaré la puerta.

Tomé mi pequeña maleta, un conjunto de ropa y me adentré al baño de alado, me duché escuchando varios murmullos en la entrada. Después de unos minutos estuve lista para iniciar el día con Twice.

—Buenos días -hablé alto para todas.

Respondieron mi saludo llenándome de preguntas sobre cómo había dormido, o cómo la pasaba, tomé mis dos píldoras de la mañana, Sana estaba a mi lado.

—¿Todas las mañanas te duele la cabeza?

Asentí a su pregunta.

—Hoy es una excepción, ustedes han quitado mi dolor, sin duda.

Sana hizo una mueca de ternura y me abrazo, insisto en que es una mujer maravillosa.

Escuché mi celular sonar, Jihyo apareció con el, no entendía porque lo tenía pero tampoco pregunté, sólo era mamá quién llamaba.

Llamada📞 :

Deje el celular sobre mi pierna y mantuve la llamada en altavoz.

—¿Dormiste bien cariño? ¿Qué tal te tratan?

—Me tratan cómo un bebé, amanecí sin dolor, fue una noche linda.

—Me alegro cariño, ¿hay alguna cerca?

Reí, al parecer todas escuchaban mi llamada ya que se acercaron al asiento que comparto con Minatozaki.

—Todas te escuchan mamá -respondí.

—¡Por dios! Mis niñas no saben lo fan que soy de ustedes, manejo un restaurant, ¿no les gustaría pasearse por aquí y traer a la gruñona de mi hija? pueden traerla si quieren, no es tan necesario.

Dejé de escuchar lo otro, vi cómo a Momo le brillaron los ojos al mencionar el restaurant, estaban hablando con mi madre y les di privacidad.

Subí los escalones, el día estaba fresco, debía cambiarme la polera por una camiseta holgada, entre a la habitación de Nayeon mirándola forcejando con una blusa.

The Tour » im nayeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora