16🌩

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Tailandia, Bangkok.                     

El concierto había terminado, ayer fue mi estupenda cita que no terminó como yo quería, después de aquella cena y de una respuesta positiva fuimos al parque Lumpini muy famoso en Bangkok, estuvimos tanto tiempo caminando por ahí que terminamos tomando ambas un resfriado.

Entraba a mi habitación sola, Nayeon está noche tendría una pequeña pijamada junto a las chicas para celebrar el concierto de hoy, me incluyeron pero ahora me sentía exhausta, más el resfriado no ayudaba.

Me di un baño caliente para después beber mis pastillas, me adentré a la grande cama acomodándome la mascarilla y mi equipo.

Me abrace a la pijama de Nayeon intentando conciliar sueño, las pastillas ayudaban un poco.

Nayeon.... dios, ¿por qué la extrañaré tanto?, hace menos de dos horas habíamos estado juntas abrazándonos y besándonos, ¿es normal querer estar con ella cada segundo de mi día?

Sonreí cómo boba, soy una pequeña enamorada.

Me sentía tan inspirada, tomé una libreta del cajón junto a una plumilla, plante mi amor en una hoja de libreta, duré alrededor de cuatro horas en el proceso de una canción inspirada en la mujer que me trae dando vueltas por la Luna.

[...]

-Pequeño estorbo

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-Pequeño estorbo.

-¿Realmente crees ser suficiente para Im Nayeon?

-Durará tan poco.

-Se aburrirá de ti, no tienes nada de especial.

Una sombra con una sonrisa enorme aparecía frente a mí, carcajeaba, esa cosa se burlaba de mí, aparecí en un pequeño lugar, había un lago frente a mi, la sombra tomó mi rostro sumergiéndome dentro del agua, jadeé, mis pulmones buscaban aire.

Desperté del sueño por unos largos dedos que se paseaban por mi rostro, Nayeon estaba a mi lado, mi vista se acopló a la habitación notando que Tzuyu también estaba.

—Las dejaré, nos vemos en el desayuno -avisó la taiwanesa saliendo de la habitación.

Me sonroje al notar que aún me encontraba abrazando la camiseta de Nayeon, su aroma aún impregnado en la prenda.

—Eres tan tierna bebé, ¿me extrañaste?

Mood bebé que necesita mimos activado.

Me sentía pequeña a lado de mi novia, me rodeo y mientras daba caricias en mi cabello yo asentí mientras hacía un mohín triste.

—Te extrañe mucho -dije -¡No me vuelvas a dejar sola! -pedí lloriqueando.

—No lo haré, lo prometo.

Me encontraba entre sus brazos sin soltar aquella prenda que le pertenecía, olvide todo por un momento y me centré en recibir mimos.

—¿Te fue bien en la pijamada? ¿Durmieron muy tarde? -cuestione.

Los siguientes minutos transcurrieron en Nayeon contándome sus anécdotas de anoche, e insistiendo que no había sido lo mismo sin mi, me sentia feliz solo de saber que habia disfrutado su noche, escuhar su tono alegre me hacia sonreir bobamente.

—Iremos a Manila dentro de tres horas, me tomé el tiempo de arreglar las maletas -avisó Nayeon.

Me acomode entre sus brazos quedando ahora sentada, ¿en qué momento ella había arreglado todo?

—No debías hacerlo, prometo que te lo compensaré -dije.

Plante un beso en su frente mientras entraba al baño de la habitación y cepillaba mis dientes.

Nayeon entró al baño detrás de mí, se sentó sobre la tapa del inodoro mirándome con atención, lograba sonrojarme esa simple acción.

—¿T/N? -me nombró.

—¿Si? -hablé confundida.

—Tuviste un mal sueño, ¿no?, balbuceabas mi nombre entre sueños.

Suspiré.

—¿Recuerdas la voz? -pregunté terminado de cepillar mis dientes.

—Lo hago, dime.

—Se supone que con todas las píldoras debería dejar de oírla, comienzo a creer que estoy enloqueciendo, ¿y si es así? -pregunté mirando un punto muerto en la pared.

¿Qué pasaba si estaba enloqueciendo? Las píldoras quizás no estaban dando frutos.

—No estás loca -murmuró abrazándome por la cintura.

Al yo ser más alta por varios centímetros su cabeza quedó en mi pecho, se abrazo a mi de esa forma.

—Las cosas decían que no era suficiente para ti, creo que tienen razón -susurré sin apartar la mirada de la pared.

Su agarre en mi se hizo más fuerte, mi camiseta comenzó a humedecerse, ¿en serio yo la había hecho llorar?, soy una basura.

Involuntariamente comencé a jalar los cabellos de mi nuca mientras bufaba y me regañaba a lo alto.

-Lo lograste, la alejarás.

Los susurros estaban presentándose siendo constantes, unas manos tomaron las mías alejándolas de mi cabeza, Nayeon me guió al borde de la cama y se sentó en mi regazo.

—Haremos lo posible porque mejores -aseguró.

—¿Y si no mejoró? -hablé a lo bajo.

Rodeó mi cuello y antes de que pudiera decir algo más ella beso mis labios con fuerza, que mejor manera de hacerme sentir mejor.

Los susurros desaparecieron, ahora sólo éramos nosotras dos en aquella enorme habitación disfrutando los labios de la otra.

Los susurros desaparecieron, ahora sólo éramos nosotras dos en aquella enorme habitación disfrutando los labios de la otra

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The Tour » im nayeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora