Rissotto Nero |Don't Need Your Love

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“Crees que tienes mi corazón, sigues pensando que eres todo lo que necesito.”

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Joy Angelini

Cuando entras en el mundo equivocado, apesar de que intentes buscar una salida, la puerta en la que entraste dejó de existir, en el momento en que no razonastes las distintas consecuencias que pueden repercutir en ti o en los demás. Mi padre, es una de esas personas y yo hasta el momento soy su pase de vida. Mi destino fue casarme con un asesino.

El líder de la Squadra Di Esecuzione, Risotto Nero.

—Pequeña Joy, llegaste a mi mundo volando.

Todo por un mal negocio.

Mi vida cambió, la felicidad que yo tenía al lado de mi hermana menor ya no existe. Solo existe el dolor y la tristeza.

Nunca creí mucho en el amor y pero esperaba por lo menos, algun día poder enamorarme de alguien, sentir esas mariposas en el estomago que todos dicen, experimentar mi primer beso e inclusive casarme. Que ingenua he sido.

Fue un sueño lejano que se destrozó, en mil pedazos.

Tenía diecinueve años cuando aquel hombre llegó a mi vida, recuerdo estar en el jardín, jugando con mi pequeña hermana. Camino hasta mi, de manera imponente, su semblante se encontraba serio, de alguna manera sentí miedo, en ese entonces Rissotto solo me causó pánico, el me tomo fácilmente de mi brazo.

Mi padre no tardo en llegar a mi rescate, el tenia su cuchillo en mi rostro, amenazaba con desfigurarme.

—Te daré lo que sea, solo no la lastime.

—¿Lo que sea?

—Sí, lo que tú quieras.

—La quiero a ella y tu patética vida, será perdonada junto a su rostro.

Las palabras de mi padre, me condenaron.

El llegó por mi al siguiente día, y ese mismo día, me case con el, no fue de manera voluntaria, fui obligada, todo por mantener a mi padre vivo y a mi familia también.

Se que Rissoto no me ama, pero el ama ver sufrir a mi padre. Por eso, me retiene a su lado, en un matrimonio en el cual, solo se aprovecha de mi y de mi debilidad por mi familia.

Colocó sobre la mesa, el plato de pasta junto al vino. Rissotto observa la comida, una vez que coloque su plato yo procedo a sentarme frente a él.

—La pasta ya es más digerible. - admite —. Y la presentación es excelente.

—Gracias. - le agradezco en voz baja

Comenzamos a comer en paz, bajo un silencio incomodo el cual se volvió común. Llegué a su lado, sin saber hacer muchas cosas, no sabía conocinar más allá de hacer huevos revueltos o un poco de pizza, no sabía hacer la limpieza ni lavar ropa, lo único que si podía hacer, era acomodar la habitación.

—Joy.

—Dime.

—Ven. - me indica

Me levanto de mi asiento y me siento en su regazo. El toma mi mentón y pasa en mi mejilla, la servilleta de tela.

—Debes aprender a comer de manera apropiada. - habla —. Pero todo a su tiempo, el que sepas lavar, hacer la limpieza y hacer de comer, es un bien avance... Te enseñe muy bien.

Claro, prácticamente el solo recurrió a golpearme y tomarme. Lo cual me causó temor, asco y molestia. Eso me hizo empezar a hacer las cosas bien y practicar.

—Pequeña. - aprieta mi mentón —. Aceptalo, y deja ese pensamiento de lado.

Niego.

—No, quiero.

De un rápido movimiento, el procede a someterme contra la mesa.

—Te amo, Joy. - suelta —. Te amo.

—Eso es mentira.

—Te estoy dando todo, prácticamente te resolví tu jodida vida. - reclama —. Lo mínimo que me puedes dar, es tu corazón.

—Golpearme, darme dinero y violarme, no es una vida. - le digo con dolor—. Me apartaste de todos, y lo peor de eso, es que jamás podré amarte, tienes que vivir con eso, nada de amor puede nacer del maltrato.

...

Lágrimas de mis ojos salen, sus manos sueltan mi cuerpo, al mismo tiempo en que el sacia sus deseos.

—Te amo, Joy. - acaricia mi cabello

Intento apartarme pero el lazo que retiene mis manos, me lo impide.

—Y yo lo hago a mi manera. - suspira —. A pesar de que tu te niegues a amarme, no importa, tenemos demasiado tiempo para que te enamores de mí, no importa que, tu me amaras, porque no necesitas a nadie, solo me necesitas a mi.

Su mano recorre mi entrepierna y una sonrisa se dibuja en sus labios.

—Dejame demostrarte mi amor.

Mentira, el no me ama.

Yo lo sé.

Lo que el ama, es ver el sufrimiento de sus víctimas, no puede matarme, pero me tortura y me humilla para deleitarse. Ese amor que dice tener, es solo una cuartada.

Quiere tenerme a su merced para poder hacerme sufrir.

Ese amor es falso y aunque el lo llegara a sentir, no lo necesitaria.

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¿Qué opinan?

Espero que les allá gustado

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