Dopio /Diavolo | Boss

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“Soy el jefe absoluto que tú quieres.”

.

El nunca tenía planeado que ella tendría que estar a su lado.

Él la miró.

La siguió.

La cazó.

Y se la inundó en su oscuridad.

Su obsesión por esa mujer lo hizo hacer lo imposible hasta tenerla.

La observó desde lejos, escondido entre aquel callejón. No pudo evitar sentir siento sonrojo al ver a tal diosa. Definitivamente Joy Currie, miembro del grupo de Bucciarati, no pasaba desapercibida entre las personas.

Aunque su tranquilo acoso se vio interrumpido por aquel peculiar sonido que sólo su teléfono emitía.

—Dime que la vez, Dopio. - hablo aquel hombre por la otra línea

—Está en lo correcto jefe.

—¿Se encuentra con compañía? - le cuestiona

—Esta completamente sola e indefensa.

—Aún no le hagas nada. - le dice —. Sólo sigue observandola.

—De acuerdo jefe. - responde sin despegar la mirada de aquella joven

Colocó el teléfono nuevamente en su bolsillo y al ver como la joven de cabellos dorados avanzaba este también lo hizo. Sin importarle que algunos transeúntes se percataron de su extraño comportamiento, iba detrás de la joven, la cual entró en una cafetería.

El simplemente entró como si no pareciera un pervertidos siguiendo a una bella dama o menos dicho a una joven que aparenta mucho más edad de la que tiene.

Dopio sabía que no podía fallar.

Ya que es una misión especial del jefe.

Llevaba una semana siguiéndole, analizandola, descubriendo sus fortalezas, debilidades, lo que le gusta, lo que le desagrada y a lo que más teme.

Todo eso en siete días.

En verdad el equipo de Bucciarati tenía suerte en tenerla. Mucha, demasiada.

Pero la vida de la chica no sería la misma desde el instante en que ella decide pagar la cuenta, sonreírle con amabilidad al mesero y por pocos segundos mirar a aquel pelirosa.

Este salió detras de ella. Nadie la esperaba iba sola. Indefensa. Iba completamente distraída en su teléfono.

Dopio tomó la delantera adentrándose en un callejón.

Espero pacientemente para que esta pasara al lado de este. Fue donde la miro. Tomo con fuerza su brazo, haciendo que Joy se adentrara a la oscuridad del callejon.

Ni siquiera tuvo tiempo para gritar o activar su stand. Ya que una pregunta fue lo único que pudo escuchar.

—Joy ¿Querías conocer al jefe? - susurro en su oído

—Tú...

Joy Dumont

La pequeña luz de la habitación

Lo mire, aquel rostro que tanto anhelaba por descubrir años atrás por fin lo estaba viendo. Aquel monstruo retorcido simplemente me sonreía, con notoria felicidad.

El rostro de algo más que un asesino.

—Mi bella, Joy. - musita —. ¿Me recuerdas? Por supuesto que lo haces

Asentí con asco.

Él tocó con cuidado mi brazo.

Yo intente apartarlo pero las cadenas me lo impedían.

El simplemente seguía tocandome.

—Tú lo sabías desde un principio. - susurro —. Unirte a la mafia era peligroso, Bucciarati hizo mal en aceptarte.

Tocó con desesperación mis muslos  deleitandose de como me repugnaba y me alteraba, el cómo cada vez más y más tocaba cualquier parte de mi cuerpo.

—¡No me toques! - le exigí  con rabia

—A ti siempre te gusto, Joy. -desliza su mano hasta mi abdomen —. Mi tacto es lo mejor para ti.

—¿Qué te motiva a esto Dopio? - le cuestione

El negó riendo.

—El hecho de que mi querida amiga de la infancia intente detenerme. - aparta sus manos de mi cuerpo —. Siempre me detestaste, pero no te quedaba de otra ya que todo el tiempo te cause lastima. Por eso huiste de mi aquella vez, esa vez te mostre mi ser y sólo te burlaste de eso, yo te di mi amor.

Negué con repugnancia.

—Me ibas a violar. - me recordé

—Te iba demostrar lo mucho que te amaba. - toma mi rostro

—¿Y cómo llegaste a esto?

El sólo acaricia mis labios para proceder a besarme a la fuerza. Intento resistirme, apartarlo, empujarlo pero el ya no es el pequeño Dopio.

Pude observarlo y descifrar lo que en verdad pasaba.

Note todos esos cambios.

—Ahora. - me pega a el —. Conocerás al jefe del cual tenías tanta curiosidad. - y con lentitud se acerca a mi oreja —. Bienvenida al infierno, Joy ¿Tienes algo que decir?

Asentí.

—Siempre te he odiado, Diavolo.

—Recuerda con claridad esta cara, ya que será lo único que verás en todo este largo tiempo, la cara de aquel monstruo que tanto odias, la cara que todos desconocen, la cara que muchos anhelan poder mirar. - sonrió —. La gran cara del único jefe de Passione.

—Muérete.

_____

¿Qué les parece? ¿Les gustó?

Espero que sí.

Jojo's | One- ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora