“Cuando te derrita y te trague.
Finalmente verás lo que es estar empapada.”
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Mista miró como su novia dormía tranquilamente recargando su cabeza en la ventana del auto. Este tentado ante lo corta que es su falda y el como esta estaba completamente dormida, colocó la mano sobre su muslo empezando a acariciarlo.
—Pervertido, quita tú mano de ahí. - le ordena la castaña
—¿Cómo haces eso? - le pregunta
—Amore, estar contigo a solas significa estar siempre alerta. - abre los ojos apartando su mano
—Joy, te necesito. - le dice
—Pues sigue esperando. - responde mirando al frente
—Amore, esto es serio. - menciona
—Cielo, no lo haremos en el auto, mucho menos con Bucciarati y Leone dormidos. - señala a los mencionados
En los asientos del fondo completamente dormidos.
—Eres tan injusta. - hace un puchero
—Guido Mista, ya hablamos de esto. - coloca las manos en su cintura
Joy sabía muy bien el poco control que sexual que Mista posee. Si esta no lo parara, ya habrían terminado en demasiadas situciones incómodas con el resto del equipo.
—Entonces dejame tocarte. - le guiña un ojo
—Concentra tu vista en el camino. - coloca la mano de este en el volante —. Y maneja con precaución, no nos falta mucho para llegar a casa.
—De acuerdo. - dice entre dientes
...
Dormir juntos es un paso rápido que ambos dieron en su relación. Debido al control de Joy estos nunca hacian nada indebido, bueno, no con nadie despierto. Ya que una vez que todos dormían, a veces la castaña solía darle algo de libertad a las manos de Mista.
Pero cuando este no tenía permiso alguno sufría, el que su novia durmiera con una blusa básica y un short demasiado corto, le complicaba mucho las cosas, ya que por el movimiento realizado de la chica al dormir, uno de sus pechos terminaba expuesto.
Mista y Joy mantienen una relación estable pero demasiado estricta, si se puede decir así.
Miró como el cuerpo de su amada salía envuelto en una toalla. Sí, sus dos años de relación no eran juego. Joy quería suponer, que Mista ya es algo maduro, para controlar sus impulsos sexuales.
O eso quiere creer.
—Amore. - la abrazo por detrás —. ¿Qué tal si hoy podemos?
Comenzó a besar su cuello.
Mista sabe perfectamente que el punto débil de su amada novia, es su cuello y los toques en su cintura, causando que su cuerpo reaccionará, ante el toque de su novio.
—No hagas eso. - le pide —. Sabes que...
La mano de Mista acaricio levemente debajo de su toalla, uno de sus pechos.
—Mista... - suelta
—Amore. - susurra en su oreja —. Estas excitada. - la pega a su cuerpo
—Basta Mista...
—No entiendo tú insistencia, porque pare, si tú cuerpo me dice todo lo contrario. - aprietan levemente su pezon
—E-Eres un tonto. - murmuró
—Este tonto sabe lo que te gusta. - sonríe victorioso
No pudo protestar más, ante las sensaciones que su cuerpo sentía. Sí, la excitacion estaba despertando en ella. Su pezon está duro, y su sexo, mojado y sensible.
Si bien ambos, no son expertos en todo lo que tiene que ver, con el sexo, Joy siempre se ha dejado llevar, por Mista. No importa lo incomodo que para esta pueda resultar, al final siempre terminaba disfrutandolo.
Un escalofrío de placer recorre su cuerpo, al sentir la mano de Mista, en su sexo, este introdujo uno de sus dedos con cuidado, haciendo que la chica ahogara un jadeo en sus labios.
—Tan bonita... - acaricia con su mano libre su cabello —. Y tan caliente, te mojas rápido Joy.
Finalizó, besando sus labios con intensidad. La toalla que cubria su cuerpo, salió volando al mismo tiempo que su pantalón y su bóxer. Sacó los dedos de su intimidad, para así tomarla sobre el, en donde sus piernas fueron enredadas en las caderas de Mista.
—Mista... Basta, este... - la beso nuevamete
—Dejame tocarte. - pidió —. Y darte amor.
Mista, no es alguien que suela contener sus cursilerias en público, ya que ha llegado al punto de ser empalagosos para todos. Debido a los repentinos besos, que planta en los labios de la chica o el constante coqueteo en doble sentido, el cual suele dejar traumado a más de uno.
La posó contra la cama cuidadosamente y así de esa manera, la penetro, haciendo que esta se aferrara a su espalda. Causando que la atracción de sus cuerpos, entre cada embestida sea constante.
—No seas tan brusco. - jadeo
El lo ignoro, cuando se trata del sexo, es algo que Mista a veces puede tomarse de forma personal, ama escuchar los constantes jadeos de su amada, el sonido que hacen sus cuerpos al chocar y como por la intensidad de sus embestidas, Joy no podía evitar venirse.
—¿Quieres correrte? - cuestionó
La chica asintió con desespero.
—Hazlo, hazlo para mí. - le dice besando sus labios
—¡Mista! - soltó cuidando el volumen de sus voz
...
Se levantó de la cama, al sentir la necesidad de ir al baño. Miro el despertador a su lado y notando que aún era de madrugada.
Una vez que terminó de hacer sus necesidades, se miro en el espejo del tocador, en donde sus ojos se abrieron por completo.
—Santo dios. - murmuró
El que su cabello fuera un desastre, es algo normal para ella pero que su cuello esté repleto de chupetones, no es normal. La última vez que terminó así, fue en año nuevo, cuando ambos estaban completamente ebrios pero estando sobria jamás, Mista debió hacerla sentir demasiado bien.
Después de todo, es el que convierte sus experiencias sexuales, en algo difícil de olvidar.
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Espero que les allá gustado.
¿Qué opinan?
