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El comentario de malas noticias detuvo el corazón de Soobin por unos segundos, como si hubiese recibido un disparo.

一¿Qué?

一Lo siento mucho, cariño 一dijo su madre, en un hilo de voz一. Hice lo posible por convencerlo de que no se desquite así, pero no lo logré... Cree que la universidad te está corrompiendo en vez de educarte y quiere que vuelvas a casa.

Estaba en shock. Su padre aún no lo aceptaba, a pesar del tiempo y la distancia que habían tomado. No contento con eso, además, quería despojarlo de su educación para aferrarse a la oportunidad de cambiarlo, o, mejor dicho, de lavarle el cerebro para borrar su sexualidad.

一¿Voy a tener que dejar de estudiar? 一preguntó, temeroso, tomando asiento por el borde de su cama.

一No, por ahora no. 一Su madre le dio un pequeño alivio, dejándole volver a respirar一. Le pedí un préstamo a tu tía Sieun para pagar por este semestre, pero no creo que pueda cubrir los que faltan.

一Puedo conseguir un trabajo de medio tiempo 一imaginó Soobin一, es más, debería hacerlo.

一Si eso es lo que quieres, está bien, pero no sé si sea suficiente. Igual trataré de convencer a tu papá, no puede ser que siga sin entender...

Imaginar lo caótico que sería el siguiente semestre académico si debía balancear sus estudios, su vida de pareja y un trabajo de medio tiempo ya comenzaba a darle un dolor de cabeza a Soobin, quien apenas creía poder manejar sus estudios por su cuenta. Lo rescatable era que aún no había escogido su horario, así que podría adaptarse a las demandas laborales.

一Gracias por avisarme, mamá.

一Perdón por no decirte antes, estaba pensando cómo te lo diría...

一Descuida. 一Esforzó una sonrisa, anticipando la despedida一. Te quiero.

一También te quiero, cariño.

Tras colgar, Soobin impulsó la fuerza de su cuerpo hacia atrás para recostarse sobre su cama. Solía tener el privilegio de no tener que preocuparse por absolutamente nada más allá de aprobar sus cursos, y ahora no sólo tenía que cargar con el peso de creer que había arruinado su relación con su familia, sino que también tendría que mantenerse por su cuenta.

Ahora sí, sería oficialmente un adulto inscrito en el sistema de producción capitalista.

Como primera acción en la dirección de su futuro laboral, se dirigió a su escritorio para encender su laptop y ponerse a buscar empleo. No sin antes haber descansado por varios minutos sobre su cama, por supuesto.

Entró a la primera página que apareció en su navegador al buscar "empleos de medio tiempo", la cual, tras pedirle que coloque el rubro que deseaba, lo llevó a una serie de ofertas sospechosas de grandes empresas en busca de estudiantes para explotar, en palabras bonitas. Lo peor era que en la gran mayoría figuraban, en simultáneo, el pedido de experiencia laboral y la preferencia por postulantes jóvenes, lo que no tenía sentido.

Después de unos minutos, se dio cuenta de que, si quería que lo contraten, primero debía tener un curriculum vitae excepcional. Tuvo que abrir el borrador de su CV que creó cuando aún estaba en el colegio, y, al verlo, optó por borrar todo y comenzar de cero.

Tenía las manos sobre el teclado, listas para tipear palabras elegantes y de autoengrandecimiento, los ojos sobre la página en blanco, enfocados, y la mente... totalmente dispersa. Los segundos pasaban, pero no se le ocurría qué más colocar después de su nombre y facultad.