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Apenas Yeonjun llegó al invernadero, notó a Soobin recostado sobre el pasto, en posición fetal. Tras el influjo de energía que darle una cachetada verbal a Minhyuck le había dejado, tuvo que tomar un breve suspiro para calmarse y aproximarse a él con una disposición más suave.

一Hey, Soo 一llamó al acercarse, con cautela, agachándose a su lado一. ¿Quieres entrar al invernadero?

Soobin tardó unos segundos en responder, hasta que decidió bajar las piernas y voltear para estar recostado boca arriba. Sus ojos estaban empañados y la punta de su nariz rojiza, lo que inmediatamente conmovió a Yeonjun.

一Lo siento por escapar... 一murmuró, con la voz temblorosa一. No pude, lo siento...

一No te preocupes 一le dijo Yeonjun, sosteniendo su cuerpo y apoyando la cabeza sobre su pecho, perfectamente capaz de escuchar su corazón desde allí一. Sentí lo feo que fue para ti...

Se quedaron así por un segundo más, hasta que Soobin hizo una señal para levantarse. Yeonjun lo tomó de la mano y lo guió al interior del invernadero, utilizando la llave que había tomado prestada de la profesora Minju unos minutos atrás para abrir la puerta. Así, se dirigieron hacia el único rincón con una banquita para humanos, donde tomaron asiento.

Por un momento, Soobin intentó relajarse, al verse rodeado de una jungla abundantemente verde, pero la calma no duró mucho antes de que cediera a su tristeza. Así, cubrió su rostro con las manos y se dejó caer hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. A Yeonjun se le quebró el corazón por escuchar sus leves sollozos, y buscó reconfortarlo al acariciar su espalda.

一Siento que me van a suspender.

一No, Soo, vas a estar-

一Entonces me iré 一dijo, tomando un lento suspiro antes de levantar el rostro de nuevo一. Esto apesta...

一No es para tanto, creí que te gustaba el olor a tierrita y plantas 一bromeó Yeonjun, en un esfuerzo por aligerar el ambiente, pero Soobin apenas logró mostrarle una minúscula sonrisa一. ¿En serio quieres irte?

一No quiero dejar de verte ni dejar de estudiar, pero no sé, no sé si pueda caminar tranquilo por los pasillos de la facultad después de esto...

Yeonjun sujetó el rostro de Soobin con delicadeza, utilizando uno de sus pulgares para recoger las lágrimas que recorrían sus mejillas. Verlo así lo destrozaba por dentro, aunque tratara de sonar determinado y seguro de sí mismo para no empeorar su situación.

一Sé que ahora parece horrible, pero te prometo que vas a estar bien. Nadie fuera de la sala sabe lo que pasó, y los profesores no van a tratarte diferente.

一Ya lo están haciendo 一le recordó Soobin一. ¿Viste cómo nos miraron? Seguro me estaban juzgando, y los que me enseñan ya no me van a calificar igual, nunca me aceptarán en su círculo académico y-

一Serían unos tontos si te excluyen por esto, todos sabemos que eres talentoso. 一Bajó las manos hacia sus mejillas antes de inclinarse por un besito rápido一. Podemos desmentir lo del robo y la agresión, te lo prometo.

一Pero aunque por arte de magia se resuelva eso, sabes que no es todo...

No tuvo que explicar de lo que hablaba para que Yeonjun entendiera. Era una cosa ser acusado de ladrón, algo fácilmente refutable. Era otra cosa ser acusado de ser violento con pruebas descontextualizadas, algo un tanto más difícil de negar, pero no imposible.

Lo peor era ser marcado con el estigma de ser gay, en un momento de su vida en el que se supone que estaba en proceso de aceptarse por completo.

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