002

18.6K 1.7K 4.5K
                                    

Sólo llevaba un segundo sentado en la silla de Yeonjun, pero Soobin ya estaba sonrojado. Era perfectamente consciente de que lo que hacía no estaba bien, que traicionaba la confianza de su amigo y compañero de dormitorio, que podría regresar y atraparlo en cualquier instante, pero, en ese momento, la adrenalina se sentía bien.

Serán sólo unos minutos 一se dijo a sí mismo al ubicar su diestra sobre el cursor, dispuesto a darle click a la primera playlist de la página一. No es nada tan grave.

Apenas cargó la página, Soobin se sobresaltó. Porque, obviamente, estando en una página pornográfica, no esperaba ver penes y culos en su pantalla.

Las miniaturas y títulos de los videos en esa playlist evidenciaban que se trataba de porno gay en su totalidad. A decir verdad, no parecía haber gran variedad entre los primeros videos, básicamente pollas gigantescas sobre culos gordos o bocas abiertas, con dos hombres, tres, cuatro... ¿quizás hasta diez en uno de esos?

Bueno, ya debía imaginárselo. Desde que aceptó ser su compañero de habitación, Soobin ya conocía la sexualidad de Yeonjun.

Cómo no, si el segundo día del primer semestre que compartieron juntos había llevado a un chico con quien salió por unos meses, para pedirle amablemente que busque otro lugar donde pasar la noche por esa vez. No tenía problemas con eso, lo aceptaba al igual que haría con un chico heterosexual, porque el mayor jamás se pasaba de la raya, más allá del usual afecto compartido por un par de amigos.

Aunque... A veces le gustaría que lo hiciera.

Soobin era heterosexual, al menos eso creía. Todas las personas de las que había creído enamorarse en algún punto de su vida habían sido mujeres, así como todas las dueñas de sus fantasías lo eran.

Hasta que, una noche, no fue más así.

Soñó con Yeonjun. Con sus bonitos labios alrededor de su pene, con que se lo comía mejor que cualquier chica, con que le dejaba depositar su semen en su boca y se lo tragaba hasta la última gota como si fuese la mayor delicia del mundo.

El orgasmo de fantasía le hizo despertar agitado, sudoroso y nervioso, porque el primer dueño de uno de sus sueños húmedos se encontraba literalmente a una cama de distancia. Por suerte, no fue muy ruidoso, así que no interrumpió el sueño de su compañero de habitación. Pudo apresurarse en limpiar todo adecuadamente antes del irritante sonido de la alarma de las 7 de la mañana.

Desde esa noche, le había resultado incómodo hablar con Yeonjun como normalmente lo haría. No dejaba de golpearse mentalmente por la enormemente inapropiada fantasía, que, por supuesto, no se llegaría a efectuar. Simplemente no podía evitar que, cada vez que lo veía, su mente automáticamente regresara a aquella preciosa imagen, de tenerlo de rodillas demostrándole su experiencia.

Para su desgracia, no se quedó allí. Por mucho que intentase evadir aquel pensamiento impuro, si lo veía hacer algo mínimamente sugestivo, su cabeza lo malinterpretaba. Cuando comía ciertos alimentos, su mente regresionaba a la de un púber hormonal e inmaduro. Cuando se sentaba de piernas cruzadas, lo imaginaba así sobre su regazo. Cuando separaba las piernas y ocupaba más espacio del que necesitaba, al revés.

"Estás más tímido que cuando recién nos conocimos.", había observado Yeonjun, incrementando su ansiedad.

"Estoy cansado, nada más.", y Soobin atribuía el comportamiento extraño al estrés de los exámenes finales, para no sacar a la luz los mórbidos pensamientos que rumiaban en su cabeza.

Ya no podría tener esa excusa.

Ahora, estaba explorando un paso más allá en sus fantasías. Quería interactuar con Yeonjun, adrede, aunque sea sólo a través del conocimiento del tipo de vídeos que acostumbraba a ver.

voyeur ≫ yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora