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Habían pasado un par de días desde que Soobin regresó de la casa de sus padres, y, en paralelo, un par de días desde que Yeonjun pudo sentir que comenzaban a conectar a un nivel más profundo.

Antes del incidente de los videos, eran sólo compañeros de cuarto y amigos. La cercanía que compartían era la esperada para un par de chicos que habían dormido en la misma habitación por un par de años, hasta el punto en el que podían morder del mismo trozo de comida y cambiarse uno frente al otro, pero no hasta el punto en el que podían hablar de su historia y sus emociones abiertamente.

Desde que comenzaron a conocerse en la intimidad, la cercanía que compartían era la esperada para un par de follamigos. Suficiente confianza como para iniciar contacto sexual, pero aún no como para hablar de su historia y sus emociones abiertamente.

Ahora que por fin habían llegado a ese nivel de confianza, lo que faltaba era darle un nombre a su vínculo. Seguían siendo compañeros de cuarto y amigos, pero ninguno se había atrevido a iniciar la charla sobre su estatus de relación; Yeonjun porque prefería que Soobin estuviera completamente seguro de lo que quería, y Soobin porque, en efecto, aún no estaba completamente seguro de lo que quería.

A Yeonjun le costaba lidiar con la ambigüedad de una relación sin nombre, porque siempre había encontrado una de sus mayores inseguridades en la posibilidad de perder a alguien. Considerando el historial rocoso que compartía con Soobin, su primer impulso era el de aferrarse a él y saltar a un noviazgo de inmediato, pero no quería asustarlo. Realmente necesitaba que estuviera tan convencido como él lo estaba.

Uno de esos días, cuando Yeonjun regresó del gimnasio, se encontró con Soobin revisando su lado del clóset, lo que le llevó a ladear la cabeza, curioso.

一¿Querías ponerte algo mío o tienes un fetiche con el aroma? 一consultó, parcialmente en broma. Logró sobresaltar al menor, quien empujó el cajón apenas escuchó su voz al cerrar la puerta de la habitación.

一Ninguna 一respondió, sospechosamente rápido一. Uhm, ¿vamos a almorzar?

一Claro, en un rato, si quieres le aviso a-

一Solo los dos 一interrumpió Soobin, claramente ansioso一. Como en una cita. Nuestra primera cita.

La aclaración tomó desprevenido a Yeonjun, quien por poco se atora con el aire. Tuvo que carraspear antes de caminar hacia su cama para depositar su maletín del gimnasio. Quería mantener el suspenso al tomarse su tiempo en responder, pero, sinceramente, estaba seguro de que su compañero de cuarto ya sabía cuál sería su respuesta.

一El día que fuimos a comer ramyeon casi fue una cita 一continuó Soobin一, pero... ya sabes, no lo fue, porque no estuvimos solos.

一Claro. 一Yeonjun asintió, acercándose al frente suyo一. ¿Quieres volver a ese sitio para intentarlo de nuevo?

一Sorber fideos y hablar fuerte para que te escuchen no es precisamente lo que imaginas para una cita ideal, ¿o sí? 一Soobin abultó los labios al tomar una pausa一. ¿No quieres ir a un lugar más romántico?

一Romántico como...

一Como un restaurante al que debes ir en traje y corbata, donde estás lejos del resto de comensales y te sirven vino importado de-

一Somos universitarios, Soo 一le recordó Yeonjun, riendo un poquito. Ese tipo de locales le gustaban, en teoría, pero jamás había logrado juntar los fondos suficientes para invitar a alguien allí.

一Pero yo te invito 一respondió Soobin, para su sorpresa一. Igual, siempre he pagado en la primera cita, no porque he estado solo con chicas y es algo que se supone que tengo que hacer, sino porque... no sé, ¿es un lindo gesto?