CAPÍTULO 28

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Dos años más tarde...

- Sí mamá, acabo de salir del psicólogo. Me quedan tres sesiones- responde Alba al teléfono. 

- ¿Crees que necesitarás más?

- No, me siento muy bien. Tengo ganas de trabajar- responde sinceramente. 

- Estupendo, ¿vienes a comer?

- No puedo. Voy al cumpleaños de Lorena. Te dejo, voy a subir al coche.

- Adiós, cariño. Te quiero. 

- Y yo a ti, mamá. 

Cuelgan a la vez. 

Alba se sube al coche que conduce desde hace más o menos un año, cuando ese hoyo en el que se encontraba dejo de tener techo y se podían vislumbrar pequeños escalones por los que poder ascender. 

Después del no-suicidio, sus padres le buscaron un buen psicólogo. Al principio, iba seis días, luego cuatro y dos años más tarde una o dos veces por semana, ella misma en función de sus emociones decidía cuántas sesiones quería tener.

Se dio cuenta de que en la vida, las personas que te quieren, los lazos que creas es lo que de verdad importa. Si tienes gente que te apoya sin importa qué saldrás de cualquier agujero. 

Ser independiente no significa no necesitar ayuda nunca. 

No ha sido algo que asimiló en la primera cita, ni en la segunda. Fue poco a poco. Sigue teniendo bajones, sobre todo cuando despierta después de haber soñado un día de su adolescencia montando en skate. 

Pero así es la vida. Subidas y bajadas. 

Hay que aprender a sobrellevarlo y no hundirse como hizo ella. 

Hace dos años atrás no se hubiera imaginado teniendo su propio coche, haber sido contratada en una empresa de prestigio para ejercer de psicóloga y estar compartiendo apartamento con una antigua compañera suya de universidad. 

Está muy orgullosa de sí misma. No se arrepiente de nada de lo que ocurrió; puede que si no hubiera sucedido ese acto casi mortal, no hubiera abierto los ojos. 

"A veces hay que tocar fondo para tomar impulso".

Se había convertido en una costumbre reunir frases para cada situación; haber pasado tanto tiempo con una persona que tenía una ideal para cada ocasión es lo que tiene. 

No hay un solo día que no se acuerde de él, si era sincera consigo misma no creía que fuera a superarlo, pero si ese era el castigo que tenía que pagar por el daño que le causó... Estaba dispuesta a quererlo siempre. 

                                                                                 ........................

- ¿Llegarás a tiempo?

- Sí, ya estoy en el AVE. Puede que me retrase unos minutos pero estaré allí- responde Lucas. 

- ¡Bien!- responde emocionada Lorena. 

- Tengo que colgar.

- Sí, aquí te esperamos. 

Colgaron. 

Lucas se recostó cómodamente en el asiento del AVE. La vida en el pueblecito había hecho florecer su inspiración. Escribir había sido su terapia en estos últimos dos años; había escrito tres libros y uno de ellos había sido número uno en ventas en todo el país. 

Era increíble como tanta gente podía conectar a través de las emociones escritas en un papel. Casualmente, el número uno en ventas fue el primero que escribió. 

Dulce y SaladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora