CAPITULO 13

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Llegaba la última semana de enero y las cosas seguían igual de mal entre los dos.  

Alba intentaba hablar con Lucas y que le dejara explicarse, pero lo único que consiguió fue esta conversación:

- Lucas, por favor hablemos más tarde- dijo junto a su taquilla. 

- ¿Para qué?- preguntó a la defensiva- ¿para qué rompas más mi corazón?

Alba se quedó estupefacta y más culpa se estrujó dentro de ella. 

- Sí, lo está- confirmó él y añadió- me he pasado año y medio enamorado de ti- cerró la taquilla y continúo hacia su clase.

Alba solo llegó a atreverse a formularle una pregunta:

- Lucas, ¿estamos juntos?

El aludido se paró en seco en el pasillo y la miró extrañado:

- ¿De verdad acabas de preguntar eso?- y retomó su marcha.

Alba no pudo soportarlo y se encerró en el baño la siguiente hora para estar solo. Ni siquiera entendía por qué le dolía tanto, solo llevaban cerca de un mes. 

Porque sí, ella los seguía contando, no quería perder la esperanza de haberlo estropeado todo definitivamente. 

Ya no sabía que hacer.

Necesitaba hablar con alguien. 

No había hablado con nadie de sus amigos en estas semanas, llamó a Rubén, sabía que estaba fuera sino ya se lo hubiera cruzado. 

- ¿Dónde has estado estas semanas?- le preguntó al otro lado riéndome, luego escuchó bien y añadió- ¿estás llorando?

Ella no pudo responder.

- ¿Estás en el instituto?- ella asintió- estaré fuera en cinco minutos, salta las vallas.

- Vale- sorbió por la nariz. 

Se lavó las manos y se quedó mirando su reflejo en el espejo. 

Pensó en la forma en que cortaron ella y Rubén, fue de mutuo acuerdo, no hubo llantos. De hecho, después de dejarlo fueron a por unas hamburguesas al mcdonald. 

"¿Será que lo quiero?" 

Era muy pronto para aquello pero sino era eso ¿qué explicación había para aquel dolor tan intenso?

                                                                                             ....................

- Osea que la has cagado tú- concluyó Rubén.

- Joder no me lo eches más encima- lo golpeó en el hombro- me dijo que le he roto el corazón. 

Se encontraban en el parque detrás de la escuela, metidos en la pequeña casita amarilla con las rodillas encogidas abrazadas. Alba comía una tableta de chocolate de oreo que le había traído Rubén. 

- No me golpees- le cogió un trozo de la tableta- pero es normal, si yo me hubiese pasado ese tiempo enamorado de alguien también lo tendría roto. 

- Lo sé. Ahora me doy cuenta- apoyó la cabeza en las rodillas. 

- ¿Te puedo decir algo?- Alba apoyó la mejilla derecha en su rodilla de manera que lo miraba directamente- yo creo que tú también lo quieres, no digo que igual que él, pero no se llora así por nadie a menos que lo quieras un poquito- le dijo.

- ¿En dos semanas? No, es imposible.

- ¿Por qué solo cuentas eso? No os conocéis de hace dos semanas, ¿no se te ha pasado por esa cabecita que fuera antes?- le preguntó dejando un dedo en su frente apuntando a su cerebro. 

Dulce y SaladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora