- ¡Ya estamos aquí!- gritó la madre de Alba.
- Estará dormida, voy a taparla que siempre se le olvida- dijo su padre.
Subió las escaleras y vio luz en el cuarto de baño. No hubiera entrado de no haber olido a sangre. Abrió la puerta del baño y solamente gritó con desesperación:
- ¡Llama a la ambulancia!
- ¿Qué pasa?
- ¡Llama joder llama!
Su mujer sin preguntar nada más hizo lo ordenado. Su padre cogió en brazos el cuerpo de su hija y la bajó a la cocina a coger vendas. La madre chilló de temor soltando el teléfono en el acto.
- ¡No!- se tiró encima de ella mirando la herida de la muñeca.
El padre cogió el teléfono en su lugar.
- Sí, mi hija ha intentado suicidarse, está desangrándose. No sé cuánto hace. Sí, la calle es...
Colgó el teléfono y acudió junto a su mujer que le vendaba las heridas mientras luchaba por contener las lágrimas.
.......................
Rubén llegó lo más rápido que pudo en cuanto supo la noticia en compañía de Darío, Lorena y Marc.
- ¿Han dicho algo?- preguntaron los cuatro a la vez.
- Me han pedido sangre, ha perdido mucha- contestó la madre que aún se sujetaba el pinchazo.
Rubén se dejó caer al suelo preocupado y reflexionando si debía de contárselo a Lucas. Cuando decidió que todavía no, un médico salió.
- Está estable pero muy débil, por suerte el corte no fue lo suficiente profundo. Realmente no parece haberse hecho intencionadamente para morir, creo que fue un error de cálculo.
- ¿Podemos verla?- preguntó Darío.
- Ahora está durmiendo, en cuanto se despierte podéis verla pero no la atosiguéis. Ha perdido mucha sangre.
- De acuerdo- respondió Marc.
A la mañana siguiente después de haber estado con ella sus padres, Rubén entró.
- Dios, cuanto me alegro de verte- confesó él abrazándola con cuidado.
Se quitó unas lágrimas rápido.
- No llores por favor- pidió Alba- lo llevó haciendo todo el día y también viendo a gente llorar.
- Lo sé, lo siento es que no.... no soportaría perderte.
- No quería hacerlo- cogió su mano- tienes que creerme, se me fue. Solo quería alejarme de este vacío- pidió suplicante.
- Te creo- dijo apretando su mano con fuerza.
- La he cagado tanto, casi muero... Ya van dos veces- bromeó.
- Puedes arreglar tus errores.
- Todos no- contestó.
Y ambos sabían a quién se estaban refiriendo.
- Sabes que si le pides lo hará.
- Y por eso mismo es que no debo hacerlo. No se lo merece. Lo he hecho sufrir tanto- comenzó a llorar- soy horrible.
- No. No lo eres. Puedo decirle a Lucas lo que ha pasado...
- No- negó rotundamente- no puede saberlo. Vendría y lo sabes. Y no se iría, porque yo no podría volver a echarlo. Esta es una oportunidad para él. Déjale que la aproveche.
Rubén siguió dubitativo.
- Iré al psicólogo, no voy a huir más. Esta vez lo haré bien.
- ¿Estás completamente segura?
- Totalmente.
- No volveré a sacar el tema pero Lucas me dejó esto para dártelo. No la he leído, lo prometo. Te dejo sola para que la leas- se levantó- Descansa y si necesitas cualquiera cosa, llámame- la besó en la mejilla y cerró la puerta al marcharse.
Alba abrió la nota con miedo.
Su corazón se rompió con cada palabra que iba leyendo pero esta fue la confirmación de que había hecho lo mejor en mantenerlo lejos.
"Quizás si eras tú, tal vez
si estaban hechas tus manos a la medida de las mías
Y tus labios enteramente a la medida de los míos.
Solo no nos tocaba en esta vida"
Era lo justo pensaba. Romperse ella misma el corazón por haber roto el suyo.
Un castigo justo.
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Dulce y Salado
Genç KurguLucas es un chico retraído y bastante inseguro. Su mayor pasión es la poesía, y dedica sus versos favoritos a su musa. Alba es una chica curiosa y espontánea, muy interesada en la mente humana. Por ello es que decide hacer un experimento psicológi...