El omega más dulce

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Andrés POV

Faltaban cinco días para la boda, el pueblo se había llenado de viejos rostros familiares emocionados por ver a la feliz pareja, mi madre había comprado un traje para mí a pesar de pedirle que no lo hiciera y yo solo me esforzaba por llegar a ese día sin desmayarme de nuevo.

Las pastillas no estaban funcionando, cada semana me daban un nueva dosis, más alta o diferente a la anterior, sin resultados reales que marcar en mi historial, el doctor que me atendía empezaba a temer lo peor y no dejaba de pedirme que no me quedará solo más tiempo del necesario, en especial después de la última vez que desperté en el hospital.

No había sido tan grave como querían verlo, mis estudios no marcaban nada fuera de lo que ahora mi normalidad, incluso en las notad del médico lo habían clasificado como un desmayo por fatiga excesiva. Al menos a uno de cada semestre en la carrera le había pasado, era común que todos perdieran la cabeza en semana de finales y aun cuando sabía que mi caso era un tanto diferente, decidí aceptar esa explicación.

De todas maneras, estaba por volver a ver a Joaquín y si él no podía calmar todo esto, nada más lo haría.

Me recosté en la cama de mi vieja habitación, mirando fijamente el techo hasta que los ojos empezaron a pesarme, no era ni medio día y ya estaba agotado otra vez. Mis padres habían salido a trabajar apenas una hora atrás, prometiendo cenar todos juntos cuando regresaran, así que estaba solo, no tenía ganas de volver a dormir a pesar de que mi cuerpo me lo pidiera a gritos, prefería distraerme un rato con el teléfono siguiendo las vidas de esas personas afuera que probablemente ahora no me tenían en buena estima.

Vi las fotos de Elizabeth en la cuenta de Joaquín, usando un abultado vestido blanco con la descripción de "Niña de las flores", la pequeña tenía esa sonrisa encantadora de mi castaño, todo el mundo decía que sus ojos y los chinos en su cabello eran idénticos a los de Emilio, pero me gustaba pensar que él no era parte de ese cuadro.

Lo siguiente en aparecer fueron las primeras fotos del bebé de Alejandra y Azul, Ale me había invitado a conocerla cuando todos fueron a principios de abril, pero apenas el nombre de Diego salió de sus labios me acobarde. Mentí poniendo pretextos sobre la carrera, pero lo cierto era que cada que la imagen del rubio aparecía frente a mí algo en mi pecho se encogía, quizás la culpa sí estaba ahí después de todo.

Recorrí cada foto de la rubia en que su cachorra pasaba por los brazos de todas las personas que habían ido a visitarla, desde sus padres y los de Ale, hasta Emilio que la sostenía torpemente, la pequeña tenía apenas una pelusita en la cabeza que dejaba ver que tendría la misma melena rubia de su madre, no tenía dudas de que el closet de Emma sería más grande que el de todos nosotros a este punto.

Seguí bajando hasta toparme con la única foto que estaba separada del conjunto anterior, era él con la cachorra acomodada contra su pecho sonriéndole abiertamente mientras jugaba con sus manitas, el fondo era una gran ventana que le daba un halo de luz a la imagen, de no saber que era la hija de Azul, la cachorra pasaría por suya sin dudarlo. Mi alfa gruño bajito mientras recorría cada detalle de la foto, deseando grabarme su sonrisa y lo encantador que era verlo con un bebé en brazos.

Mi Diego, mi dulce Diego.

Suspiré guardando esa foto entre las otras que había encontrado en esos meses en las cuentas de cada amigo en común que teníamos, no sabía para que las recolectaba, parecía un acosador siguiendo sus pasos desde lejos, pero no podía dejar de hacerlo, cuando sonreía era más fácil olvidar su rostro dolido la última vez que nos vimos.

Pasaron tres días más en un pestañeo, finalmente conocí a la pequeña cuando las chicas llegaron al pueblo y nos reunimos solo los tres para que pudiera verla al igual que los otros, no había sostenido a un bebé aparte de Elizabeth, así que no tenía mucho de donde comparar, pero cuando Alejandra acomodo a su cachorra en mis brazos la imagen de Diego con ella me hincho el pecho.

Eras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora