Capítulo 8

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Joel

Él se quedó dormido después de tanto llorar, no respondió nada, no volvió a mirarme pero una paz total se apoderó de mí desde que sus pequeñas manitos se aferraron a mi ropa. Ahora descansa tranquilo mientras cuido su sueño, como tantas veces antes, la diferencia es que ahora ambos dijimos eso que nos ha estado matando por dentro durante toda la vida. Lo miro sin evitar la sonrisa tonta que mis labios dejan salir, no puedo realmente creer que mi pequeño niño me ama de vuelta, que lo ha hecho siempre y que fuimos dos idiotas al evitarlo.

Me acomodo un poco sin molestarlo y cuando encuentro la posición adecuada, cierro los ojos para dormir también, no he descansado nada desde la semana pasada y mi cuerpo lo siente. Los días sin él fueron un martirio, lentos, largos, pesados, tal vez la gripe me atacó por el bajo estado anímico que tenía, tal vez estaba al borde de una depresión o tal vez no, lo único que se es que viví un infierno.

Él suelta un audible suspiro que me hace abrir los ojos, pensé que había despertado pero fue solo una utopía, seguía tan rendido como minutos antes. A mi mente volaron las miles de veces que dormimos juntos, largas noches de dolor no demostrado mientras los deseos de tocarlo me cegaban y la cordura pendía de un hilo, tantas noches de amistad, de conversaciones, de risas, de llantos, tantas noches que disfruté de la misma forma en que las odié.

No era fácil descansar al lado del amor de mi vida cuando tenía que ser un amigo, no era fácil verlo en boxer y sentir una pierna o un brazo cruzar la barrera del espacio personal y ubicarse sobre mí, era un jodido sacrificio sentir el calor de su piel y fingir que no me afectaba y ahora estaba ahí, tan entregado y expuesto, tan tranquilo y cómodo, respirando pausadamente mientras el olor de su colonia me acariciaba la nariz.

Me sentía un idiota, un idiota con la mejor mala suerte del mundo, no era posible que toda la vida estuvimos sintiendo lo mismo, evitando lo mismo, sufriendo lo mismo y que en lo que fue un accidente, hayamos dado el primer paso para comenzar a ser sinceros. Era casi risorio lo triste que fue, haber perdido años enteros de amor precisamente por amarnos, por querer ser amigos sinceros cuando la llama de la atracción prohibida quemaba en el interior. Era triste, un desperdicio sin embargo nos había sobrado el tiempo para confirmar que el sentimiento era real, tan real que justo ahora nos tenía abrazados en una cama, después de haber dicho en voz alta lo que siempre se gritó en silencio.

-¿No vas a dormir? -La vocecita algo rasposa por el sueño hizo que girara por completo a mirarlo, sus labios fruncidos en un pequeño puchero y sus ojos entrecerrados, eran más de lo que podía soportar.

-Estaba casi dormido pero hiciste un sonido, creí que habías despertado pero no.

-¿Un sonido?

-Si...suspiraste.

-Ahh...bueno pero ven, abrázame, quiero sentirte cerquita. -Mi corazón se descontroló dentro de mi pecho, estaba más nervioso que nunca en mi vida y quería besarlo.

-¿Puedo...puedo besarte, Erick?

Él no respondió en los primeros segundos, todo pasó de forma muy lenta, casi llevado al límite de la calma. Sonrió hermoso, como era siempre él y se acomodó sobre mí, hizo que me incorporara y pegara la espalda a la cabecera de la cama para luego pasar los brazos alrededor de mi cuello. Sentí sus dedos acariciar mis cabellos, delicado, como un pequeño soplo de viento en primavera y entonces se inclinó. Su pequeña nariz rozó la mía con ternura, respirando mi aire, llevándose el suspiro que me provocó soltar y sonrió, sonrió y me perdí en el hermoso gesto de sus ojos achinados y la arruga graciosa de su naricita.

-Puedes besarme, Joel, puedes hacer lo que quieras conmigo porque estoy justo ahora donde he querido estar durante toda mi vida. Poder decir que te amo, decirlo de verdad, sin reprimir la verdadera raiz, es algo que no puedo explicar, solo puedo sentirlo. No creí jamás que esto pasaría, siempre fui tan real contigo y a la vez tan poco sincero que no se como actuar, no se si debo esperar a que tú hagas algo o si debo ser yo quien de el primer paso. Llevo años soñando con esto y ahora que estoy aquí, simplemente...no se que hacer.

-Entiendo porque yo siento lo mismo. -Sonrió con sinceridad y una vez más me perdí en sus ojos. -Se que antes hicimos eso, que ya bueno... tú sabes lo que pasó pero tengo tanto miedo, Erick, tanto miedo de que esto no sea real, de que amanezca mañana y tú no estés aquí, tengo miedo de perderte.

-También tengo miedo. Ni siquiera se como hacer, no soy virgen, ya una vez pasó pero ni siquiera lo recuerdo, es como si nunca hubiese sucedido.

-¿Podemos por favor ignorar ese hecho? No...no quiero ser grosero pero la verdad es que aún no puedo creerlo. Yo...evité tanto amarte, tanto que ahora me siento tan ridículo, todo este tiempo culpándome por querer estar contigo y tú...

-Shhh...no lo digas por favor, me siento peor yo. Yo pensé que...creí que nunca me mirarías así y bueno... pasó.

-¡Qué rabia Er! ¡Dios! No quiero que nadie más te tenga, se que es egoísta y tal vez posesivo o que se yo pero en serio, no quiero que nadie te tenga.

-Nunca nadie me ha tenido porque siempre he sido tuyo. No importa por cuantas camas pasé, mi corazón siempre estuvo contigo.

-Erick...¿Qué se supone que va a pasar ahora? -Mis emociones estaban todas revueltas, imprecisas y tenía miedo de hacer algo equivocado.

-No lo se. ¿Tú qué quieres?

-A tí. -Respondí sin dudarlo, no tenía que buscar mejor respuesta.

-Yo también te quiero a tí pero pienso que podemos ir despacio, o sea, no eso de conocernos ni tener citas porque si alguien te conoce bien, ese soy yo pero no quiero que nos pongamos a correr de puro desespero y se nos pase esto.

-Erick...¿Te parece que se me va a ir corriendo algo que llevo sintiendo desde que te conozco?

-No se, Joel, solo no quiero sufrir, yo te amo, te amo como amigo, como persona, como hermano. Te amo como todo lo que tú eres y se que estoy enamorado de tí, no tengo miedo a entregarme, no tengo miedo a que tengamos sexo, no tengo miedo a que la gente nos mire raro, tengo miedo de que mañana, no seamos más que el recuerdo de dos amigos que se amaron y se perdieron. ¿Entiendes? Tengo miedo de que una relación nos mate ese amor que llevo por dentro, no quiero eso. Te quiero a tí, a tí para toda la vida.

 Te quiero a tí, a tí para toda la vida

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Hard to accept ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora